Por Daniela Agustina Roldán
La mutual judía AMIA presentó un video para conmemorar los 29 años del atentado terrorista contra su sede. Lo publicó, además, para pedir Memoria y Justicia, pero esta vez, requirió a otra fecha como vínculo, aunque mucho más feliz: la consagración de la Argentina en el Mundial de Fútbol que se disputó en Qatar. En el mismo, a través del recuerdo de Diego de Pirro nos hace ejercitar la memoria.
La mutual judía comienza a conmemorar el mes de la Memoria y unió en el recuerdo a los seis meses de la obtención del Mundial de Fútbol y la vida de un hincha que fue truncada por la bomba que hizo estallar el terrorismo ese 18 de julio de 1994. Este Diego no es el máximo ídolo del fútbol, Diego Armando Maradona, aunque el fútbol es, a lo largo del video, el vehículo para transmitir un fuerte mensaje contra el olvido. El recuerdo que proponen, emociona, porque cuenta la historia de un joven como tantos, al que el odio y la barbarie arrasó todos sus sueños de un plumazo: Diego de Pirro. Aquel jovencito tenía 23 años, era un ferviente hincha de River Plate y amaba ver a la Selección Argentina. Además, trabajaba en la Dirección General Impositiva y estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas: le faltaban tres materias para recibirse aquel 18 de julio de 1994.
Se reunió en
el video los emocionantes recuerdos de sus familiares, como su tía y su primo,
y amigos. En especial el de Gustavo. Diego de Pirro vivía en Pasteur 632, justo enfrente de la AMIA. Aquel
lunes por la mañana, apenas antes de las 09.53, hablaba por teléfono con Gustavo, cuando la bomba estalló y ambos
se quedaron en silencio. Diego, para siempre. Y Gustavo, preso del estupor que
significó el crimen. Ese lunes 18 de julio de 1994, una bomba
estalló en la sede de la Asociación Mutual Israelita (AMIA) en el barrio de
Once de la Ciudad de Buenos Aires. El ataque que provocó la muerte de 85
personas y más de 300 heridos, constituyó el mayor atentado terrorista sufrido
en nuestro país.
La AMIA es una institución centenaria que tiene
como objetivos promover el bienestar y el desarrollo de la comunidad judía
argentina para asegurar la continuidad de las tradiciones y valores de su
pueblo y afianzar el sentido de comunidad. El edificio ubicado en la calle
Pasteur, abrió sus puertas en 1945 y luego del atentado fue reconstruido y
reinaugurado en 1999 bajo la consigna: “Por
la justicia y por la vida”. En la actualidad, se desarrollan actividades
comunitarias, asistenciales y culturales.
Uno de los
tantos testimonios de ese día tan fatal es el de Susana Sabán, quien vive muy
cerca de Pasteur 632 y en esa mañana vio, escuchó y sufrió todo lo ocurrido. “Estábamos todos descalzos y en pijama, y
la gente gritaba. Era estar ahí, entre la muerte”, contó. Laura Moragues, otra vecina,
manifestó: “Cuando salí a la calle
todavía volaban cosas... de todo, objetos y personas”.
Como dato
importante, desde la mutual judía
convocaron para este 18 de julio a las 9.30 al Acto Central que tendrá lugar en
la calle Pasteur 633 “para
seguir exigiendo justicia y denunciar la impunidad”. Y también remarcar que
“el ataque terrorista contra la
AMIA es un delito de lesa
humanidad, y por tanto, no prescribe. El reclamo de justicia es un
compromiso indeclinable que se logró mantener vigente a lo largo de todos estos
años”.
En relación a la investigación judicial
irregular, puede explicarse por la debilidad del sistema de investigación
criminal de la Argentina, el funcionamiento histórico oscuro e ilegal de los
servicios de inteligencia y el hecho de que a lo largo de los años los
políticos dependieron de la matriz de relaciones espurias entre los servicios de
inteligencia y el sistema judicial federal. Al sostener una historia fabricada,
el Estado Argentino no estuvo obligado a dar seguimiento a otras pistas, por
ejemplo: el tribunal nunca profundizó en la hipótesis de que un grupo de
ciudadanos sirios con supuestas conexiones con el entonces presidente Carlos
Menem estuvo involucrado en el ataque. Ni siquiera investigó si los servicios
de inteligencia tenían sospechas o indicios previos al atentado a la AMIA de
que un ataque terrorista podría tener lugar en la Argentina. Además, la
hipótesis de que los servicios de inteligencia locales tenían información sobre
otro posible ataque no fue bien investigada.
En 2004, diez años después del atentado, se
reveló que la presión internacional también había desempeñado un papel en el
encubrimiento. Cables diplomáticos de la Embajada Argentina en Israel, emitidos
solo unas horas después de la explosión, mostraron que un funcionario del
gobierno de Yitzhak Rabin había viajado inmediatamente a la Argentina para
coordinar una “versión unificada”
del atentado, por el que se culpaba a Irán por el ataque.
Desde un punto de vista más amplio, también se
plantea la cuestión de la motivación detrás del encubrimiento. En las dos
décadas desde el ataque, los cálculos geopolíticos, las relaciones de la
Argentina con otros países, Siria e Irán entre ellos, y la política interna de
cada momento histórico durante el transcurso de la investigación han conspirado
para ocultar la verdad. El caso AMIA ha puesto de relieve las peligrosas
conexiones subterráneas entre los servicios de inteligencia de la Argentina y
sus esferas políticas y judiciales, y subrayó la importancia que tiene el
control de las operaciones de inteligencia y vigilancia para el estado de
derecho y la democracia.
En el plano judicial, hay novedades en la causa. A instancias del fiscal de la UFI AMIA Sebastián Basso, el juez federal Daniel Rafecas, ordenó la captura nacional e internacional de cuatro sospechosos de haber participado en el atentado. Los buscados son miembros del Hezbollah: Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Farouk Abdul Hay Omairi y a Abdallah Salman (alias) José El Reda. Los tres primeros residirían en las zonas de la Triple Frontera, entre las ciudades de Foz de Iguazú y Ciudad del Este. El Reda, que ya está declarado prófugo de la Argentina por la voladura de la Embajada de Israel en 1992, se encontraría en El Líbano. Para el fiscal Basso, está “suficientemente acreditada su pertenencia o cooperación con la banda criminal que denominaré brazo armado del Hezbollah”.
29 años del atentado de la AMIA, con una referencia al fútbol a través de una nueva pieza audiovisual:
https://cdn.jwplayer.com/previews/bYlWKIcx
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