Por María Luján Gangai
Gonzalo "Talo" de Genaro es cantante
y compositor, oriundo de Álvarez, provincia de Santa Fe. El talento y
sensibilidad del vocalista es tal, que ha recibido la aprobación del público con
los miles de seguidores en Instagram. Conecta con su poesía de manera directa,
comprometido con su tiempo, pero recuperando la manera de expresarse a través
de los dichos más sencillos. En una rica charla con HAY EQUIPO, repasamos
su carrera, abordamos distintos temas sobre su profesión y la actividad musical.
-¿Cómo comenzaste con la
música?
-A mí siempre me gustó
tocar la guitarra más que cantar. Me acerqué a mi primera guitarra cuando
tenía entre nueve y diez años. A los catorce ya participaba de un dúo de
folklore con chicos que eran más grandes que yo y fue el comienzo de subir a un
escenario. Cuando estuve la primera vez, me enamoré de por vida del escenario y
dije: "Esto me encanta, esto quiero para mi vida".
-¿Alguna anécdota de tus
comienzos?
-Siempre tuve vergüenza, miedo a equivocarme. Te torturás con eso hasta que decís: "Si me equivoco, qué vas hacer". Te equivocas y con eso no le haces mal a nadie, es parte del juego y la mejor parte, de ir aprendiendo y sobrellevándolo.
-¿Qué te inspira a la hora de componer?
-Un montón de situaciones, sobre
todo las relaciones humanas. Todo lo que uno tiene para dar, para perder y todo
lo que sentís como un fracaso, como una victoria. Es también, poder dar gracias
a algo y no solamente con cosas que me pasan a mí, sino también, con lo que le
pasan a amigos y gente que está cerca mío. Momentos que deseo y que quizás
jamás se van a cumplir, pero las tengo que decir y trato de decirlas con la
música. Todo sirve para inspirarse. El que canta esta dando un doble mensaje,
incorpora dentro de la melodía un sentimiento o algo que le pasa en el corazón
y en mi caso elijo hacer cosas que me suceden. Hay canciones de autores que
interpreto a mi manera y la transmito para que la palpiten como yo la siento y
eso me hace muy feliz.
-¿Qué sale primero, la letra o
la melodía?
-Este es un debate
terrible. Es una discusión enorme. Conozco gente que en base a la música
escribe la letra, por ejemplo. En mi caso, a veces tengo una letra y le busco
la melodía o al revés. En muchas oportunidades, deshecho miles de letras
porque no estoy conforme y quizás a la persona que la escucha le parece bárbaro.
En otros momentos, voy cambiando las letras con el tiempo hasta que encuentro
una que me agrada. En general me resulta de las dos formas.
-Interpretas varios géneros
musicales, ¿con cuál se sentís más cómodo?
-Hoy en día, me hice muy
baladista y siento que hay muchas formas de decir las cosas, pero también me
gusta el rock, el tango, el folklore. Siento que son etapas de mi vida en las que me
enamoro más de una melodía que de otra. Recuerdo a Ramón Ayala, que fue un
bastión de nuestra música popular y del litoral, a quien tuve la oportunidad de
conocer y me atrapó su poesía, su manera, su armonía.
-¿Qué músicos son tus
referentes?
-Tengo muchísimos compositores como referentes. Te puedo nombrar dentro de lo nacional a Jorge Cafrune, que no componía, pero era un excelente intérprete. Horacio Guarany, José Larralde, Ramón Ayala y Rally Barrionuevo. En cuanto al rock, a Charly García le tengo mucha admiración ya que es un ultraestudioso de la música, un tipo fuera de serie que, junto a Luis Alberto Spinetta, León Gieco y Moris, marcaron un camino y una forma. También Ricardo Iorio es otro músico que admiro. Dentro del tango te puedo nombrar a Edmundo Rivero, con un estilo muy particular. En el plano internacional Laura Pausini, una cantautora que me gusta, también. Hay gente que a la hora de componer tiene un estilo que me enamora enseguida.
-¿Es cierto que detrás de tus temas románticos, se enconde un rockero de aquellos?
-Tengo el corazoncito pintado de
negro un poco por el rock and roll, y es algo que no se deja nunca. Mucho tiempo
tuve una banda de rock. La primera se llamaba “La Urraca”, armada con cuatro
amigos del barrio, de aquí de Álvarez. Recuerdo que fue todo un acontecimiento. Teníamos diecisiete años y fue una etapa de mi vida que me marcó mucho a la hora de
componer. Mis primeras canciones las toqué en esa banda. Canciones que hablaban de política, porque en
ese momento, te estoy hablando del año 2001, todas eran contestatarias, de
protesta y con un mensaje particular. Ese año, nos marcó mucho la forma de
vivir esa realidad y así salían los temas. El clima social fue espantoso. Quizás hoy, hubiese mirado esa época con un poco más de esperanza y no tirándole más
nafta al fuego con las letras.
-¿Qué es lo que más se
disfruta arriba del escenario?
-El escenario es un lugar donde
toda la adrenalina que te puedas imaginar te penetra en le cuerpo. Es algo
maravilloso, indescriptible. Estas haciendo todo con tu cuerpo, con tu corazón
y hay algo interno difícil de describir. El último lugar en el que toqué, antes del
comienzo de la pandemia y que decretaran la cuarentena, fue en un bar de Rosario llamado “El Oso Sala la Sopa”. Fue una noche maravillosa. La gente cantaba...,
subió un amigo a tocar conmigo y sentí que no me quería bajar más. Parecía que
estaba con la intuición de que sería la última vez que me presentaría en este año
2020. Lamentablemente, pasó. Para sintetizar la respuesta, antes de subir
a un escenario hay un cosquilleo maravilloso y el día que no me pase, no me
subo más.
-¿Con qué músico te gustaría
componer una canción?
-Me encantaría componer un tema
con Eros Ramazzotti, con Laura, Pausini. Quizá que me enseñen, cuál es la
técnica que usan ellos para escribir sus canciones. Dentro del rock, me
gustaría componer algo con Ricardo Mollo o con Ricardo Iorio. También, me
hubiese encantado sentarme a escribir con Raúl Carnota, quien fue un genio
dentro del folklore. Hacía algo distinto, un adelantado.
-El folklore está presente en
tu repertorio. ¿Ya es parte de tu ADN?
-El folklore me encanta y soy un poco selectivo, ya que elijo lo que me queda más cómodo para mí, por el registro y por la forma. Estaría bueno que entendamos de una vez que nuestro país es grande y que cada provincia tiene su música, su identidad y siento que ese intercambio se perdió. Hay muchos jóvenes que perdieron el interés de conocer lo que es un chamamé, una chacarera o un tango. Me gustaría saber, porque no se le da cierto lugar, para explorar la música que nos identifica en el mundo.
-Grabaste un disco titulado “Talo con todo”. ¿cómo se eligen los temas?
-Antes de cantar como solista,
tenía una banda que se llamaba “Cuento Chino” y aprendí algo que me dijo
Javier, un compañero integrante de esa banda que es lo siguiente: "Para hacer
rock and roll no hace falta hacer un batifondo bárbaro con las guitarras. La
gente quiere saber de qué se tratan las letras, que se esta diciendo". Eso me
despertó muchas cosas a la hora de componer. Cuando se terminó la banda, seguí
escribiendo y decidí hacer un disco. Lo armamos dos personas, Gabriel Fiori que
tenía el estudio y yo. Recuerdo que, no tenía tanta solidez y madurez en un
estudio de grabación, iba barajando las cosas como se venían sucediendo. Para comenzar, tenía tres temas de la banda anterior y compuestos por mí:
"Respirar por Respirar", que es el que abre el disco, "Del corazón" y "Muchas
palabras". Había otras canciones que estaban sueltas como “Vivir” y
“Contrapiel”. Después compuse “Mariposas y Mentiras”, “El Fuego del Mar”, que es
una canción que se me ocurrió sobre la marcha. Pasan muchas cosas mientras
estas grabando un disco, en mi caso el fallecimiento de mi papá, donde son
momentos que vos los vas canalizando también. Este disco, con muchas canciones
más, lo pueden escuchar en Spotify y también en Youtube. Podría haber salido
mejor quizás, no sé, pero lo hice, cumplí.
También, comencé con un proyecto que no lo pude terminar, que era tomar una
canción folklórica y hacerla rockera. Hay un EP (sigla que significa
reproducción extendida y se utiliza para denominar un formato de grabación
musical) que se llama “De parte mía”, donde están canciones como “La quiero a
Morir”; “Samba para olvidarte” está compuesta en estilo punk; “Déjame que me
vaya”, en rumba; “Como pájaros en el aire” de Peteco Carabajal en country.
Fueron ideas que surgieron y una forma de divertirse.
-En un año tan difícil para
los artistas, ¿cómo estas transitando este momento?
-No es fácil. Al principio
llegaban los fines de semana y no poder salir a tocar fue duro. Yo no vivo
totalmente de la música, pero sí extraño pisar un escenario o ir a eventos
privados, bares. Me terminé acostumbrando a esta nueva normalidad y hacer los
vivos por Instagram mitiga un poco más este momento porque de alguna forma
estas en contacto con la gente, es un medio para conocer personas y eso es muy
valioso. El método es maravilloso ya que te contactas, incluso, con gente de
otros países. Si logras eso desde tu casa, es genial. Por eso, estoy muy
agradecido a la gente que elige conectarse y escucharme. En este tiempo pude componer
muchos temas nuevos y rescatado canciones que quizá no me animaba a cantar. Hay
mucho material para un próximo disco. Muchas veces, me pregunto qué pasará al salir en vivo por Instagram, pero sin cuarentena...
LA FRASE: “La música me dio momentos hermosos. Algo pasa
dentro de uno cuando escuchás una melodía, una armonía, cuando se dicen ciertas
frases, cuando te está conmoviendo, genera vínculos asombrosos. La música es un
idioma más”, expresó Talo.
Grande !!!!!!
ResponderBorrarMe encanto la nota!! Te admiro Talo !! Sos un gran artista!! Felicitaciones!!
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