EL PARTIDO DE NUESTRAS VIDAS

Por Manuel Bermolen 

1986. Un año que tuvo muchos acontecimientos como el cometa Halley y el desastre ambiental de Chernobyl que provocó un gran diluvio radiactivo que afectó a una cantidad de personas que fueron testigos de la catástrofe nuclear. Pero para nosotros, seguramente, lo que más quedó en la memoria es el partido de los cuartos de final de Argentina-Inglaterra. del mundial de México. Se jugaba algo más que un simple encuentro por la fase eliminatoria, parecía una final anticipada con un ambiente infernal. El equipo de Carlos Bilardo venía de dejar afuera a Uruguay con un gol de Pedro Pasculli por los octavos e Inglaterra de superar a Paraguay por 3 a 0. El silencio en los vestuarios era monumental, se estaban jugando el partido de sus vidas debido a los acontecimientos de la Guerra de Malvinas. Pero con el pasar de los minutos ese nerviosismo se convirtió en confianza y valentía en lo que veíamos en el partido con Diego Maradona como capitán haciendo arenga. 

El Checho Batista recordó ese momento cuando el Pelusa alentaba a sus compañeros: “Lo que se me viene en mi mente cuando recuerdo ese día fue como Maradona animó a su equipo, dio más fuerza nuestra motivación y éramos conscientes de que significaba el partido. Teníamos que ganar sí ò sí, perder sería como indignar a nuestros hinchas". El partido comenzó gracias al pitazo del árbitro Túnez Ali Bin Nasser, en el primer tiempo reservará las emociones para más adelante. El equipo de los Tres Leones tuvo mucho dominio de los primeros 45 minutos que casi Beardsley remata al arco de no ser por la intercepción de Nery Pumpido. 

Cuando comenzó el segundo tiempo, en el minuto 6, Valdano perdió el control del pase por Hodge que le cedió el balón a Shilton sin que ambos se dieran cuenta de que Maradona venía corriendo desesperadamente para que luego diera un salto en el área y conectara la pelota con la mano izquierda al arco. Fue algo insólito, pero a la vez glorioso cuando sucedió que incluso el Diego admitió años más tarde que si toco la pelota con la mano: “Lo hice con la cabeza gracias a la mano de dios”. Por si no fuera suficiente, minutos después Enrique dio el balón a Maradona. Diego se lo llevó en todo el campo de juego eludiendo a Terry Butcher, a Fenwick... a toda Inglaterra. Al llegar al área venció a Shilton y remató al arco para completar que es considerado como el mejor gol de todos los mundiales y del siglo. De ahí en adelante Inglaterra tuvo más posesión que Argentina que disminuyó el dominio que tenía cuando se reanudó el juego. 

A los 36 minutos, Tras un centro de Barnes, Lineker cabeceó para descontar y poner más la tensión en el partido. Casi el partido se pone 2 a 2 cuando el 9 Inglés iba a anotar nuevamente y Olarticoechea interceptó el balón. El partido terminó y los argentinos entraron en euforia como si hubieran salido campeones. Fue un partido infartante que quedará como un recuerdo glorioso. Hoy, 36 años después, se sigue manteniendo intacto ese momento perfecto. 

 

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