EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL VÓLEY

Por Julio Cesar Vera Sanguina

La elección de Facundo era siempre: ser un deportista. No había otra opción en la casa, más allá de estudiar y terminar la secundaria, como la mayoría de los jóvenes. Nació el 25 de agosto de 1989 en Vicente López, bajo el signo de Virgo, caracterizado de espíritu crítico, precisión y paciencia. Todo lo que tiene que tener un apellido Conte por historia.

Una familia que siempre se vio influenciada por el deporte, ya que su madre Sonia fue voleibolista y también le enseñaba en sus comienzos, más allá de ser hijo de Hugo. Tuvo una vida siempre sacrificada como cualquier joven que pretende ser alguien o que sueña con ser deportista de elite. Aunque esto era distinto por llevar el apellido: la presión venía con carga extra. 

Durante sus primeros pasos, a los 15 años, la obligación familiar estaba clara. Era ir al colegio, si quería entrenar, ya que a su corta edad ya mostraba dotes de buen jugador e integraba la selección juvenil.

Para Facundo siempre fue convivir con su padre famoso. Para él eso era algo extraño porque llevaba toda la atención. Cada vez que Hugo lo iba a ver a algún partido, estaba esta doble cuestión de que rodeaban a su padre para pedirle autógrafos, pero además le querían ganar al hijo de...

Facu siempre estuvo convencido de que quería escribir su propio camino. Dormía con la pelota de vóley, dicen. Práctico varios deportes (atlétismo, natación, handball y fútbol) porque todo le salía fácil. Pero el voleibol.. ¡Los genes paterno y materno eran demasiados fuertes!

El camino no fue fácil, aunque alguna vez se planteó dejar el deporte por la presión de “ser el hijo de”, pero él sabía lo que en verdad quería y fue por todo eso.

Este joven de zona Norte, de 1.97 de altura, ha ganado muchos títulos en todos los equipos que ha jugado: cinco en su paso por Brasil en el Cruzeiro; también estuvi en Italia, Rusia, China, Qatar y Polonia, donde actualmente juega en el Warta Zawiercie. El Heredero está en la lista de los 100 jugadores destacados de la década (enero 2021) y se convirtió en el primer argentino nombrado por la Federación Internacional (FIVB) en ese listado.

El legado de Hugo sigue intacto, a pesar de que por momentos Facundo haya tenido algún bajón en su carrera. Por todo lo que ha atravesado y por llevar el apellido Conte en la espalda todo éxito tiene un plus. Jamás bajo los brazos, con su padre siempre presente y el apoyo total de su familia, sigue escribiendo su propia historia en el voleibol argentino.

Son los primeros padre e hijo que se cuelgan una medalla Olímpica para el país en distintas ediciones. Ambas ante Brasil, en Asia por el bronce. El Heredero ganó la medalla en Tokio 2020, después de que su papá hiciera lo mismo 33 años antes, en Seúl 1988. Y la historia continúa, los Conté siguen y siguen...

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