LA VUELTA DEL ROJO

Por Sebastián Gómez

Para situarse en contexto: corría el 11 de junio de 2014, faltaba apenas un día para la apertura del mundial de Brasil. La ansiedad por disputar una nueva edición del campeonato de fútbol más importante del mundo invadía las calles del vecino país. Por otro lado, una de las glorias del fútbol argentino como lo es Independiente, cumplía con el deber de regresar a Primera División tras vencer 2 a 0 a Huracán en el Estadio Único de La Plata en el partido desempate por la B Nacional. Fueron 361 los días que transitó el club de Avellaneda por la segunda categoría de nuestro fútbol, sufriendo por demás de la cuenta para lograr el ansiado ascenso.

Independiente había perdido la categoría un año antes, en medio de malas campañas deportivas, problemas dirigenciales y económicos, además de un club colapsado. El presidente Javier Cantero, decidió mantener en el cargo de entrenador a Miguel Brindisi. Pero el debut en el torneo no fue el esperado: Brown de Adrogué derrotó al "Diablo" en el mismo Libertadores de América y luego de dos empates frente a Boca Unidos y Aldosivi, más una nueva derrota frente a Atlético Tucumán, derivaron en la desvinculación del DT. En su lugar asumió Omar de Felippe, que venía de conseguir el ascenso con Olimpo y Quilmes anteriormente.

El arranque del nuevo entrenador fue bienvenido con una igualdad frente a Independiente de Rivadavia en Avellaneda. Recién en la fecha siguiente, el "Rojo" conseguiría la primera victoria en el certamen, versus Huracán en Parque Patricios. De ahí en adelante, Independiente logró una buena racha de partidos que le permitió recuperarse del mal arranque y volver a situarse en posiciones de ascenso. Fueron diez victorias, seis empates y apenas una derrota con Almirante Brown, para finalizar la primera rueda.

El segundo semestre comenzó con una victoria sobre Brown de Adrogué, en lo que parecía un presente esperanzador. La dirigencia decidió contratar a un histórico como Federico Insúa, para jerarquizar el plantel. Pero lejos de eso, Independiente cayó en una debacle futbolística que puso en peligro el ascenso. De los siguientes ocho partidos, cuatro fueron empates y los otros cuatro representaron derrotas. Por si sobraban las malas noticias, Javier Cantero abandonó su cargo de presidente tras una larga pelea con la oposición, sumado al conflicto con la barrabrava y la falta de pagos a los empleados. La situación era límite y Claudio Keblaitis, el vicepresidente, se hizo responsable del cargo interinamente.

Por otro lado, Banfield y Defensa y Justicia se escapaban en la lucha por el ascenso, mientras que el tercer cupo se lo disputaban entre Independiente, Crucero del Norte, Instituto y Huracán. El "Rojo" llegó a las fechas finales con oxígeno y  grandes posibilidades de ascender. Un agónico triunfo en Córdoba frente a Instituto lo depositó en la tercera posición y con dos unidades por encima de Huracán. En la última fecha los de De Felippe no pudieron vencer a Patronato en el Libertadores de América y tras alcanzar los mismos puntos que el "Globo", debieron forjar un partido desempate. El Estadio Único de La Plata fue el designado para albergar la final. Fue un partido duro, Huracán había hecho una gran campaña y contaba con grandes figuras como Gonzalo "Pity" Martínez, Ramón Abila, Patricio Toranzo y Marcos Díaz entre otros. Independiente, con goles de Zapata y Pizzini se impuso por 2 a 0 y desató la locura de sus hinchas. Más que un festejo, se respiraba un ambiente de desahogo y alivio. Independiente sufrió más de la cuenta. El equipo fue de menor a mayor aunque con mucha irregularidad. Jugadores de experiencia como Daniel Montenegro, Federico Insúa y Cristian Tula, se encargaron de absorber la presión. Sumado con la habilidad de Pisano, el sacrificio de Mancuello, los goles de Parra y Penco, fueron fundamentales para que al final de cuentas, los dirigidos por Omar De Felippe cumplieran con el objetivo de devolver a Independiente a Primera.

Hay Equipo tuvo la oportunidad de hablar con Matías Pisano, una de las piezas más importantes de ese equipo. 

-¿Cómo fue convivir con la presión de tener que ascender?

 - Fue duro, difícil. Yo venía de un club con muchas presiones también como Chacarita. Me tocó vivir ese año en Independiente compartir con jugadores que habían estado cuando el club descendió, venían de un mal momento y acoplarse a eso fue difícil también.

-¿Dudaste en algún momento cuando Independiente te quiso comprar dado la situación del club?

- No nunca, cuando me salió lo de Independiente ni lo dudé. En ese momento también me había llamado Berizzo para ir al O'Higgins de Chile. Pero cuando apareció Independiente ni lo dudé, por suerte decidí bien porque  jugué todos los partidos, ascendimos y al año siguiente me vendieron al Cruzeiro.

-¿Estaban convencidos que podían ascender?

- Si, estábamos convencidos. Teníamos un gran plantel y un buen técnico.

-¿Qué importancia tuvo Omar de Felippe?

- Hizo un gran trabajo, sabía qué clase de jugadores tenía. Omar me daba mucha confianza, me dejaba jugar libre y creo que eso para el jugador es muy importante. No sólo a mí, sino a todo el equipo.

-¿Cuál fue la sensación apenas terminó el partido con Huracán y lograron el ascenso?

- La más linda, la sensación de haber cumplido con el objetivo. Hubo jugadores que lloramos, por todo lo que habíamos pasado durante ese año, la presión por tener que conseguir el ascenso. Por momentos no la pasamos bien, cuando ganábamos era todo lindo pero cuando se perdía era jodido. El primer partido que jugamos contra Brown de Adrogué, yo estaba llegando al estadio de Independiente feliz por hacer mi debut y a la vez los mismos hinchas nos recibieron con piedrazos al micro. Era entendible porque venían del descenso. Así que apenas sonó el silbato en el estadio de La Plata con Huracán, fue todo alegría y felicidad. Ya al otro año en Primera, pudimos disfrutarlo y jugar más tranquilos.