LA HAZAÑA DE TRISTÁN SUÁREZ: ZAFÓ DEL DESCENSO EN 1994 A ASCENDIÓ EN EL 95

Por Bárbara Ailen Agüero

Tristán Suárez, el equipo de Ezeiza, actualmente se encuentra en la Primera B Metropolitana, la tercera categoría del fútbol argentino para los clubes directamente afiliados a la AFA. El que en 1992/93 se salvó históricamente del descenso, en la famosa definición contra Lugano jugada en el Estadio Lorenzo Arandilla, de Brown de Adrogué. Fue cuando asumió la dirección técnica Ernesto Mena, con un plantel que fue el último en cobrar sólo un viático para entrenar y disputar los partidos, pero sin importar absolutamente nada, dejaban el alma en la cancha.

Testimonio de José Palavecino (ex jugador de Suárez): ‘‘Varios habíamos quedado libres en Temperley por la quiebra del club, y unos cuantos nos anotamos en el campeonato de Simón. El ‘mono’ Mena quien iba seguido a ver los partidos, nos convocó para venir a Suaréz. Pero eso no es todo, me pidió traer un ‘morochito que jugaba de diez’ en el torneo, era mi vecino Armando Cendra. Desde el cielo me debe estar agradeciendo aún, años después de su llegada se dio el gusto de ascender con Tristán Suárez’’.

1995: El año del éxito

Con la llegada de Alejandro Granados la historia de Tristán Suárez cambió totalmente, tanto económica como futbolísticamente. Fue un año en el que el club se despidió al fin de la Primera C.

El 22 de julio de 1995 el equipo logró dar la vuelta olímpica y gritó "campeón". Los hinchas, en una explosión de alegría y pasión, llevaron en andas a los jugadores estrellas del momento: ‘Magu’ Figueroa, ‘Cheri Maidana’ y ‘Polaco’ Kranevitter’.

Oscar Vergara asumió la presidencia del club en el debut de la B Metro, con el objetivo y desafío de armar un equipo competitivo para mantener la categoría posterior. El equipo dirigido por Hugo Iervasi contaba con nombres como los de Eduardo González, César Acosta, Marcelo Marascio, Eduardo Berfumo, Adrián Moschini, Marcelo Roulliet, Martín ‘Coco’ Corsi, Mariano Alessandrello, Enrique Sánchez, Rubén Forestello y Mariano Millán.

El equipo se coronó con un excelente Apertura en su debut en la categoría. Y si bien para el Clausura regresó a dirigir César Laraigneé, no todo salió como se esperaba, y terminó dirigiendo Rubén Moreno, quien logró cerrar la temporada con Tristán Suárez en el octavo puesto y consecuente clasificación al reducido.

OTAMENDI Y UNA GRAN HAZAÑA

El anteúltimo partido contra Berazategui tuvo disturbios, ya que en un momento un helicóptero que volaba sobre la tribuna del Estadio Norman Lee, luego de que el defensor Marcelo Rouillet anotara el primer gol del encuentro, comenzó a tirar papelitos que decían ‘Suárez Campeón’. Lo que causó alboroto en la hinchada de Berazategui, y si bien Lucio Bernald pudo anotar un gol para que Berazategui logre empatar, el ascenso a la Primera B se concretó una semana después en Ezeiza ganando el local 1 a 0.

¿Por qué el arquero fue figura del campeonato y no el goleador? Porque Suárez tuvo la suerte de contar en el arco con Alejandro Otamendi, en ese momento ‘el hombre’. Quien mantuvo la valla invicta por 1115 minutos, más de 13 partidos sin que le conviertan gol alguno, tiempo récord en el Fútbol Argentino. Y para que después de casi 20 años el Lechero de Ezeiza pueda gritar ¡campeón!

El entrenador Rubén Moreno se preocupó principalmente de que Otamendi pueda romper el récord, y eso se reflejo en la formación. El flamante DT dio la formación con 4 líneas cerradas, porque ‘debían’ aguantar 37 minutos para lograr la hazaña y superar a Daniel Tremonti, de Barracas Central con 1.113 minutos en la primera D. 

Alejandro Otamendi, el arquero que realizó la mejor hazaña en el fútbol argentino: valla invicta 1.115 minutos.

Testimonio de Alejandro Otamendi, a sus 56 años: ‘‘Nos avisó un compañero, en ese momento no sabes si reír, llorar o abrazarte con todos porque no caes en la dimensión del logro. Empezaron a salir fuegos artificiales por todos lados, y la gente explotó con los gritos’’

En la actualidad el arquero emblema de Tristán Suárez dedica su día a día a entrenar a los distintos arqueros del club. Así es, se desempeña como entrenador de arqueros en la institución que lo vio llorar y reír. El mismo tenía como objetivo y anhelo que el club pueda ascender al Nacional B, dicho y hecho.

 

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