“EL LOCUTOR TIENE QUE TENER ESE REFLEJO DE EXCELENCIA”

Por Alejandro Pereyra, Luis Cuevas y María Luján Gangai

Fernando Diego Bolan es locutor. Estudió en Cosal y en Pontifical Catholic University of Argentina. Es conductor de “Los Diarios en la Puerta” por Radio Del Plata AM1030 y en el informativo de CNN Radio AM950 a la medianoche. En el marco de los 100 años de la Radio, le contó a HAY EQUIPO detalles de su carrera y reflexionó acerca de la actualidad de los medios.

- Fernando, ¿nos podes hacer una breve crónica de tu vida hasta el primer día que llegaste a tener tu trabajo como locutor?

- Principalmente creo que fue por mi abuela. Mientras yo crecía, ella escuchaba radio todo el día en una Noblex Carina, una radio muy linda y un poco la sucesora de la Spika. Entonces, yo jugaba allí mientras escuchaba. Había un radioteatro que sonaba todo el tiempo con referentes de todo tipo, desde Antonio Carrizo; Carlos Rodari; Cacho Fontana, Rina Morán; Beba Vignola, todos. A partir de ahí es como que construí mi universo y me di cuenta que había algo que me llevaba a eso. Pasaron los años y mi familia quería que fuera médico. Me regalaron un maletín con un estetoscopio y lo primero que hice con él fue hacer una publicidad. Eso se cristalizó y lo que fui mamando de la radio de chico fue tomando forma y de adolescente nunca me pude separar de ella escuchando y pensando cómo será el estudio, cómo estarán sentados. A partir de allí pasaron los años y dije: “Acá me pongo a estudiar y rompí con el esquema familiar”. Entonces me puse a estudiar, a perfeccionarme con la idea de poner en práctica todo lo que había imaginado que pasaba en la radio. Pasó el tiempo y aún conservo en mi habitación esa vieja radio Noblex Carina de mi abuela como el ADN de lo que yo hago.

- ¿En qué cambió la radio en éstos 20 años de profesión desde que te recibiste hasta la actualidad?

- Dividiría en dos partes, una la que estamos viviendo ahora y otra fue en la década del ’60. Pasaron por la radio innumerables figuras capocómicos como Sandrini, Catita, Nini. Se podía escuchar las publicidades en vivo y con pequeños genios que fueron surgiendo como Juan Alberto Badía, Fernando Bravo y Julio Lagos. Cuando surge la televisión y a partir de ahí la radio tuvo su primer momento de crisis. A partir del nacimiento de la radio a transistores ganó la batalla del trabajo, como bien decía Antonio Carrizo: “La radio se metió en la fábrica, en el auto, en el taxi”. Pudo así competir con la televisión y sobrevivir. Los años pasaron y la evolución nos encuentra con gente que decide no escuchar radio y poner en el celular una lista de Youtube o Spotify. Acá se inicia una nueva era con un gran desafío para nosotros. Por eso la conexión con el oyente y el corazón que uno le pone al estar frente al micrófono, dentro de un estudio y la simbiosis que genera, eso al día de hoy es irremplazable. Es el plus que debemos adoptar sumado a las nuevas tecnologías para darle vida a la radio y reformularla.

- De todos los programas de los que fuiste oyente, ¿en cuál soñarías con insertarte aunque ya no exista más?

- Yo creo que a mí me hubiera gustado mucho hacer con Julio Lagos “Charlando las noticias”, un programa que hizo a la mañana, a las seis, todos los días,  un programa que tenía vértigo, pero donde Julio marcó algo, a mí me marcó mucho, yo lo escuchaba en su momento, he escuchado muchas grabaciones, que es hacer reportajes a políticos porque era un programa de actualidad, de primerísima mañana, hacer entrevistas sin ser agresivo, sin necesidad de lastimar al otro, preguntándole lo que la gente quiere saber, preguntándole si hay algún problema, vamos a hablar de la reforma judicial, es buena, es mala, está bien, está mal , pero sin necesidad de confrontar porque uno haga una pregunta que puede incomodar a otro, porque uno pregunta con respeto y no está hecha con mala leche y que la otra persona lo tome así, pienso distinto o por ahí es del todo cómodo para mí, pero es honesto al aire y la respuesta debe ser así, tal es así que yo tengo todas las grabaciones de CD, él me las regaló, él se desprende de todo, no quiere nada, entonces yo le dije ´ ¿ a la basura ? De ninguna manera, me lo llevo aunque sea en mula´ hubiera querido participar de ese programa, podría nombrar “Rapidísimo”, con Larrea quien junto a Cacho Fontana valorizaron la mañana, y a la tarde la Oral Deportiva, bueno, ahí pude participar.

- Viendo un poco los horarios de la radio,  y por lo que dijiste a vos te gustaría hacer la mañana,  ¿Cómo está la radio en este momento?

- Yo creo que el fuerte de la mañana siempre históricamente es para la radio la novia perfecta, por una cuestión sencilla, la radio hoy por hoy tiene un costo que uno ya sabe lo que va a gastar. El teléfono, uno tiene un paquete de datos que es limitado, no es una cosa de acceso sin wifi. La radio se va haciendo fuerte a la mañana, aunque a mí me gusta la noche, pero es un horario más marginal por la competencia en la televisión es directa y la gente se vuelca a ella. La radio por la noche se vuelve intimista, relajada, y ahí está la diferencia. Uno puede ser más uno, y uno busca eso, y el día y vuelta. La mañana es para el laburante, para informarse si hay un paro de colectivos, si va diluviando, y ahí es más completa que la televisión. El lenguaje en el noticiero no es igual que el de la radio.

- Volviendo al tema de que la radio es magia, todos los que trabajamos en radio o escuchamos decimos que hay algo mágico en las voces.  El mes pasado, para el mes del locutor, entrevistamos a Gabriel Sanfilipo,  y se lo notaba molesto por las voces actuales, que no son como las de personalidades como Nora Perlé, por ejemplo, que marcaron una época en la radio. ¿A vos qué te parece esta nueva generación de voces?

- Bueno, coincido. Esto lo hablé mucho con Ricardo Martínez Puente que es un maestro, no solo como persona sino como profesional. Yo creo que la locución también está en un momento de crisis. Porque no hay que confundir ser espontaneo, fresco, con el dejar algo que no tiene gusto a nada.  Uno puede estar frente a un micrófono y ser fresco, hacer reír, pero con un ADN atrás, como (Antonio) Carrizo,  (Héctor) Larrea, y tener la dificilísima misión de aggiornarlo, en eso también nos montamos, nadie quiere una locución de los años 40, nadie quiere a Oscar Casco haciendo “El Teatro Palmolive del Aire”, eso ya pasó. Fue un momento, pero todo va mutando. Y ahora hay muchas piezas comerciales que no comparto. El locutor tiene que tener ese reflejo de excelencia,  y no tiene que ver con esta cosa dura sino con este perfume que uno escucha y dice ‘Ay, Dios. Esto diga lo que diga, me conmueve’ y me puede estar vendiendo un par de medidas sucias y yo voy a tener ganas de comprarlo. Hay una tendencia en la locución publicitaria de descontracturar, y de entrar al público que más consume, el adolescente, que es donde apuntan la mayoría de las empresas, y se da esta cuestión de que soy tu amigo, soy tu compinche; yo no coincido en eso. Escucho muchas locuciones publicitarias que, para mí, con todo el respeto y afecto, no me llegan, no me generan  absolutamente nada. Me gustan otro tipo de voces, que son frescas y con categoría. Cuando escucho a Martínez Puente, haciendo la locución artística de ESPN, de Toyota o de Easy, me conmueve, me llega, sigo ese camino. Porque tiene esa mezcla entre lo que es la frescura con el señorial y la impronta que tiene que tener un locutor a la hora de vender.

- ¿Podrías darle un consejo de cómo insertarnos en los medios a los futuros periodistas y locutores?

- Bueno. Voy ser un "sincericidio". No sé si es lo políticamente correcto pero es lo que siento. Lo divido en dos partes, porque si no, nos vamos a una utopía plena y los pies tienen que estar en la realidad. Los pies en la tierra y volamos un poquito. Yo creo mucho en la capacidad, hasta el último día de mi vida voy a intentar ser más capaz, aprender y escuchar de los que saben. Nutrirme de diferentes conceptos, creo que hay que estudiar, perfeccionarse. Vocalizar, saber de historia, comprar varios diarios, cruzar las notas, van a notar muchas diferencias y saber leer entre líneas. La preparación es clave, y sé que van a  tener ejemplo de gente que llega sin prepararse. La preparación es todo, y paralelamente a esto, el mundo de los contactos es también muy importante. Lamentablemente hay gente muy preparada, pero que está sin trabajo. Gente que merecería no tener uno, sino diez trabajos. Tiene que ver  una construcción diaria. Siempre recuerdo una frase que me dijo un gerente de Ticketek, en un  reportaje le pregunté: "¿No tenés miedo de que te echen y te quedes sin nada?" y me dijo: "No, no tengo miedo.  Porque yo cuando me vaya de acá me llevo lo más importante que me puedo llevar, mis contactos".  Y con los contactos solo no alcanza, y cada uno de ustedes tiene que preguntarse cómo quiere llegar. En mi caso yo quiero llegar porque soy un hombre de laburo y porque tengo un potencial y me puedan abrir una puerta el día de mañana si es que lo necesito. 

Nostalgias del ayer que evocan a los grandes

Fernando se ha mostrado como un oyente muy cercano a las épocas doradas de la radio. Cuando se le preguntó por su ‘Dream Team’ de estos 100 años de la radio él dijo: “Me hubiese encantado trabajar con Antonio Carrizo, es mi deuda pendiente. Entraba a trabajar en Rivadavia y él estaba retirándose”. Y siguió: "Fui locutor de la Oral Deportiva, en la etapa de Cherquis Bialo, después con Enrique Sacco". Luego destacó una anécdota de José María Muñoz: “Cuando Cacho iba a la cabina con Muñoz, la gente se paraba para saludarlo a él, hasta el mismo Bergoglio lo hizo en el Gasómetro”.

El trabajo en tiempos de aislamiento

La pandemia producida por el Covid -19 cambió mucho el día a día de los comunicadores sociales, y la rutina de Fernando no fue la excepción: “Todo ha cambiado. Yo tengo un estudio de grabación propio y después trabajo para la radio, como solo tenía el permiso para ir a la radio, me traje unos equipos a mi casa, aunque estar en el estudio es insuperable”, comentó. Además resaltó una desopilante situación sobre la forma en que realiza sus grabaciones: “Ustedes se van a reír, pero esto es un poco lo que lleva esta locura, mi casa no la tengo preparada para grabar y siempre uno intenta dar lo mejor. Entonces estuve un mes y medio grabando adentro de un placar, para qué negarlo”, y agregó: “Porque era la zona más acustizada, después la cintura me quedaba dura”.



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