Por Javier García Lezama
Fue mil novecientos ochenta y ocho un año importante en
Argentina. Comenzó con la noticia de la muerte de Alicia Muñiz, mujer del ex
campeón mundial de boxeo Carlos Monzón, quien fue declarado culpable por el
asesinato de la ex modelo. Siguió el cimbronazo con el fallecimiento del
capo-cómico Alberto Olmedo que cayó desde un piso 11 en su departamento de Mar
del Plata. Luego, en agosto, el discurso que marcaría el quiebre entre el
presidente Raúl Alfonsín y la Sociedad Rural Argentina, quienes abuchearon al
mandatario durante un discurso. En ese contexto la Selección Argentina de
voleibol, la “Generación del 82”, partió a los Juegos Olímpicos Celebrados en
Seúl, en búsqueda de un gran objetivo: alcanzar una medalla. Y se dio. El 2 de
octubre Argentina venció al poderoso Brasil, plata en Los Ángeles 1984, por 3 a
2 (15-10, 15-17, 15-8, 12-15 y 15-9) y se colgó la presea de bronce, la única
en la historia del voleibol argentino. “Al mirar la medalla siento orgullo. Fue
mucho esfuerzo y tiempo, pero finalmente llegamos”, recuerda una de las
figuras, Jon Emili Uriarte.
Si bien el objetivo se logró, el camino no fue fácil. En
fase de grupos venció cómodamente a Túnez, Japón y Holanda; también enfrentó a
quien finalmente fue el campeón olímpico, Estados Unidos, y casi logra la
hazaña –tuvo match ball a favor-, pero cayó 3 a 2. Ya clasificado a semifinal,
llegaría el momento de jugar ante Francia. Si Argentina ganaba, evitaría a la
poderosa URSS y enfrentaría a Brasil. El conjunto galo, eliminado del certamen,
jugó un partido para enmarcar, derrotó al equipo dirigido por Luis Muchaga 3 a
0 y lo condenó a jugar con la Unión Soviética. Esta vez no hubo sorpresa, 0-3 y
a jugar el clásico contra Brasil, que había perdido frente a Estados Unidos,
por la medalla de bronce.
El primer set comenzó con una argentina firme en el bloqueo
en las manos de Uriarte y Daniel Castellani, que fueron figuras descollantes
durante los 5 sets. El seleccionado nacional se llevó el primer parcial 15 a
10. El segundo fue más parejo y, a pesar de que Argentina jugó muy bien, Brasil
fue más frío en momentos claves y ganó 17 a 15. Seguiría el set más corto del
encuentro con un Hugo Conte que metió todas las que Waldo Kantor armó, le sacó
7 puntos de diferencia a la “Verdeamarelha” y terminó 15 a 8. En el cuarto,
Brasil sacó a relucir su jerarquía y al igual que en el segundo, golpeó en
momentos claves y finalizó 15 a 12. Una de las figuras del campeonato, Jon
Uriarte recordó: “Se acumuló el cansancio de la competencia, pero estábamos
consolidados como grupo y fuimos convencidos de que podíamos. Brasil nos testeó
a fondo y se hizo un partido largo”. Y llegó el parcial definitivo. Los
fanáticos en Argentina lo seguían por radio ya que no hubo transmisión
televisiva. El conjunto nacional engranó a la perfección y jugó un set para
mostrarle a las generaciones siguientes de cómo jugar al voleibol. Fue 15 a 9.
El seleccionado conformado por Castellani, Daniel Colla, Conte, Juan Cuminetti,
Alejandro Diz, Kantor, Eduardo Martínez, Esteban de Palma, Raúl Quiroga,
Uriarte, Javier Weber y Claudio Zulianello, logró el objetivo, venció a su
clásico rival Brasil y obtuvo la única medalla en la historia de éste deporte.
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