Por Luciano Villalba
A falta de pocos días para el arranque de la Superliga 2019/20 se dio a conocer el nuevo fixture. Comenzará el 26 de julio hasta el 8 de diciembre; luego del receso vacacional de los futbolistas, se volverá a jugar el 24 de enero hasta el 1º de marzo. En tanto, la Copa de la Superliga se disputará entre el 8 y 31 de mayo. Tras muchas idas y vueltas, los descensos no se tocarán. Habrá cuatro equipos que perderán la categoría y dos que asciendan desde la B Nacional. Además, la Copa de la Superliga sumará para los promedios (exceptuando la final).
A medida que pasan los años, la AFA tiene cada vez más problemas de organización. Nadie sabe ni puede dar explicaciones de por qué se modifica tanto la estructura del torneo año tras año. ¿Por qué no hacer un torneo largo ida y vuelta como en Europa? ¿Por qué la Copa de la Superliga suma para el promedio? A todo esto se le suma los problemas económicos de los equipos más humildes. Los planteles cada vez son más acortados, y ni hablar de los estadios. Las canchas son claramente de un tercer mundo y no se pueden ni comparar con las europeas.
En otro orden, fue notoria la poca preocupación que se vio en los dirigentes en la Copa América con el tema VAR. No supieron respaldar de la manera adecuada a los jugadores y cuerpo técnico, exhibiendo una llamativo amateurismo. Y claramente no tuvieron la suficiente influencia en CONMEBOL que debería tener la Argentina. No aparecieron tras la semifinal contra Brasil y tampoco ante la injusta tarjeta roja a Messi frente a Chile. Ningún directivo salió a apoyarlo públicamente. La Pulga fue quien se expresó ante las cámaras y eso podría costarle caro. ¿Entonces para que piden un capitán con sangre si después no lo salen a respaldar?
Los dirigentes quedan expuestos una vez más: no contamos con un torneo local de nivel, los clubes están económicamente golpeados y la Selección solo tiene a Claudio Tapia cerca. Ojalá en el futuro cercano la profesionalización le llegue a nuestra clase dirigencial.
A falta de pocos días para el arranque de la Superliga 2019/20 se dio a conocer el nuevo fixture. Comenzará el 26 de julio hasta el 8 de diciembre; luego del receso vacacional de los futbolistas, se volverá a jugar el 24 de enero hasta el 1º de marzo. En tanto, la Copa de la Superliga se disputará entre el 8 y 31 de mayo. Tras muchas idas y vueltas, los descensos no se tocarán. Habrá cuatro equipos que perderán la categoría y dos que asciendan desde la B Nacional. Además, la Copa de la Superliga sumará para los promedios (exceptuando la final).
En otro orden, fue notoria la poca preocupación que se vio en los dirigentes en la Copa América con el tema VAR. No supieron respaldar de la manera adecuada a los jugadores y cuerpo técnico, exhibiendo una llamativo amateurismo. Y claramente no tuvieron la suficiente influencia en CONMEBOL que debería tener la Argentina. No aparecieron tras la semifinal contra Brasil y tampoco ante la injusta tarjeta roja a Messi frente a Chile. Ningún directivo salió a apoyarlo públicamente. La Pulga fue quien se expresó ante las cámaras y eso podría costarle caro. ¿Entonces para que piden un capitán con sangre si después no lo salen a respaldar?
Los dirigentes quedan expuestos una vez más: no contamos con un torneo local de nivel, los clubes están económicamente golpeados y la Selección solo tiene a Claudio Tapia cerca. Ojalá en el futuro cercano la profesionalización le llegue a nuestra clase dirigencial.
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