Por
Nicolás Karpenco
A veces, el
fútbol es el deporte más simple de entender. Así lo demostró Tigre ayer, en
Córdoba, al superar 2 a 0 a Boca Juniors por la final de la Copa Superliga. El
análisis más simple, diría que los de Victoria llegaron pocas veces pero metieron
dos goles, y el equipo de Alfaro pagó muy caro su falta de efectividad en la
red, que llegó a contar con varias chances clarísimas de gol pero sus
delanteros no supieron definir. Analizando el juego de manera más profunda, Tigre
buscó ser práctico en su juego, apostando al contraataque como su método más
ortodoxo, contrariamente a lo que venía mostrando en los partidos anteriores.
Boca salió a
buscar el partido desde el inicio, presionando bien arriba a los de Gorosito,
que apostaban por alguna contra, con poco juego asociado. A los 2 minutos de
juego, Montillo le fue muy mal a Buffarini con un planchazo que mínimamente
merecía una amarilla. Pitana hizo el visto bueno y ni siquiera amonestó al
número 10 de Tigre. Ya se veía venir un partido bastante flojo del juez
mundialista, apoyado por otro patadón de Tévez en el que el árbitro hizo el
famoso “siga siga”, emparejando las acciones. A los 15´, Mauro Zarate envió un
pelotazo largo desde atrás de la mitad de la cancha para Benedetto, que corrió
y encaró hacia el arco de Tigre, remató al primer palo pero su remate dio en el
poste. Un presagio tal vez de lo que iba a ser el partido para el 9 de Boca.
Dos minutos más tarde, Villa tuvo una chance muy clara por derecha, pero
Marinelli tapó muy bien su remate abajo. Parecía que el Xeneixe se lo comía
crudo, pero a los 23 minutos ocurrió lo inesperado: una jugada en ataque para Tigre
de Diego “Cachete” Morales, derivó en los pies de Federico González, quien se
llevó la pelota casi hasta la línea de fondo, sin embargo cuando todos
esperaban el centro, este volvió a enganchar hacia adentro y sacó un remate
fuerte y al primer palo, la pelota pegó en el poste, le rebotó a Andrada en la
espalda y se metió mansamente hacia la red. Tal vez el arquero podría haber
hecho un poco más. 1 a 0 y locura total para los de Victoria. Injusto, si, pero
esto es lo lindo del fútbol. Boca intentó reaccionar rápido ante el sorpresivo
gol de Tigre, con más empuje que juego. Sin embargo, a los 29´, el Matador
construyó una contra letal, en la que finalmente González tocó para Janson, y al ingresar al área
Izquierdoz, de manera brusca y hasta infantil,
lo tomó de la camiseta y le cometió penal. El mismo Lucas Janson remató cruzado y bajo para poner el 2 a 0.
Aquí sí, Boca sintió el duro golpe, tal es así que le costó volver al partido y
los jugadores de Tigre hasta se animaban al toque corto y su hinchada bajaba el
“ole, ole” desde las tribunas. Cerca del final del primer tiempo, Zárate
ejecutó un tiro libre que se fue apenas desviado del ángulo. En el segundo
tiempo, Tigre salió a defender con uñas y dientes la ventaja, pero con mucha
pierna fuerte, siendo amonestados Menossi y Alcoba. Mauro volvió a ejecutar otro tiro libre, pero su remate se fue desviado nuevamente. A
los 15´, Alfaro intentó mover una ficha desde el banco, pero el resultado final
mostró que no le salió para nada bien: salió Villa, entró Abila, en un cambio que
nada le aporto al equipo, más aun teniendo en cuenta que el colombiano venía
siendo de lo mejorcito del Xeneixe. Tres más tarde, Lisandro López tiró
un centro perfecto que cabeceó Benedetto –solo-de palomita, pero el balón se
fue apenas afuera. A los 19´ el mismo “Pipa” intentó con un remate desde afuera
del área, pero Marinelli se lo tapó muy bien hacia el córner. Tigre intentaba
enfriar el partido tocando el balón pero no podía hacerlo por mucho tiempo,
debido al asedio y la presión alta de Boca. Más tarde, Tevez remató con fuerza
desde afuera pero la pelota se fue alta, apenas rozando el travesaño. A los 31
minutos, el “Apache” tiró un centro que cabeceó Benedetto de forma soberbia,
pero la pelota reventó el travesaño, evidenciando la mufa que sigue padeciendo el delantero. “Dale Pipa, metes un gol y
se lo empatamos” le dijo Alfaro. “Ya está, ya está” decía Gorosito desde el
otro banco de suplentes. El final mostró que ya nada podría cambiar el
resultado del partido: Pavón rematando
bombeado, de forma casi desesperada, a las manos de Marinelli, ni el tiro del final te va a salir; Alcoba
gambeteando 3 rivales, con una rodilla infiltrada. Eso fue Tigre ayer: garra,
corazón y efectividad.
Alfaro encarará
muy preocupado el segundo semestre. El Matador hace historia: se consagró por
primera vez en su historia y además jugara la Copa Libertadores. Salud Campeón.
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