LOS GUARDAPOLVOS BIEN PUESTOS
Por Alejandro Ferrer
Periodismo General
segundo año
Redacción 2
“Reportaje”
Alejandro Ferrer
26 de octubre de 2018
|
El pasado 12 de octubre de 2018, el reloj
marcaba las 8 y dos colectivos se alejaban de la Escuela 19 de Villa Soldati,
dejaban atrás a más de 200 niñas y niños ilusionados con asistir a los Juegos
Olímpicos de la Juventud. Fueron informados por el Gobierno de la Ciudad que se
suspendían las actividades por lluvia e inundación. Los docentes sospecharon
que era un fraude, otra de las mentiras del ejecutivo, y tomaron el camino de
la desobediencia, como los chicos. Pero, ¿por
qué hoy festejamos esta rebeldía?
Los Juegos Olímpicos
de la Juventud son un evento en el que participan los mejores deportistas del
mundo menores de 18 años. Entre el 6 y el 18 de octubre se desarrolló en Buenos
Aires su tercera edición, luego de Singapur 2010 y China 2014, la primera vez
fuera del continente asiático. Compitieron 3.998 atletas de 206 países en las
cuatro sedes principales y otras cuatro más periféricas.
Una investigación de Manuel
Tarricone para Chequeado.com detalla que entre 2014 y 2018 la Ciudad de Buenos
Aires destinó casi $6.700 millones para su realización. Cerca de $3.500
millones fueron para la organización y más de $3.100 millones se destinaron a
obras para la Villa Olímpica y las distintas sedes, como también al desarrollo
urbanístico de la Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano), la
zona donde está ubicada la Escuela 19 y la vivienda de los estudiantes.
“Tomando el tipo de cambio oficial promedio de
cada uno de los años, la inversión para estos Juegos Olímpicos fue de US$ 333
millones, un 44% mayor a lo estimado inicialmente [por el gobierno de la
ciudad]”, calcula Tarricone.
Por fuera de la frase
común “El deporte es salud”, Ángela Aisenstein ("Una perspectiva
de la historiografía de
la Educación Física
argentina", Currículum, cultura escolar y cuerpo
escolarizado. Ed. Miño y Dávila 2011) precisa que la Educación Física, como
materia en la educación inicial, “se define avanzado el siglo XIX, con la
sanción de las leyes de educación común obligatoria (Ley N° 888/1875 de la
provincia de Buenos Aires y Ley Nacional N° 1420/1884)”. Y el Ministerio de
Educación lo concibe como un elemento fundamental del desarrollo del educando.
¿Cómo se llega a mentir para que niñes de una
escuela, de un barrio invadido físicamente por los Juegos, no puedan cumplir su
anhelo de asistir? Sobre todo
considerando los inmensos gastos ya referidos.
Jorge Adaro, uno de los docentes responsables
de torcer esta historia, nos relata: “El gobierno organizó un cronograma diario para llevar a los alumnos y
alumnas a algunas de las sedes de los Juegos, para que puedan ser espectadores
de algunas de las actividades. A la escuela nuestra le tocaba el viernes de la
semana pasada. Estaban los micros en la puerta de la escuela y a las 8 de la
mañana comunicaron que se iban por una orden de la organización”.
-¿Cuál es la
organización?
-Es una dependencia
del Gobierno de la Ciudad que organiza las visitas a los Juegos. Funcionarios
del Ministerio de Educación señalaron que no es de su cartera.
Este coordinador,
llamado Lanusse, dice que los micros tienen que retirarse porque se suspenden
las actividades debido a que estaba inundado. El acuerdo era que ellos -esta
organización- mandaban micros gratis para sexto y séptimo grado y la escuela,
con fondos recolectados, pagaba otros dos para cuarto y quinto. Nuestra escuela
es marginal y los chicos salen muy pocas veces.
Cuando el gobierno
retira su parte queda varada parte de la escuela. Así que, lo que se resuelve
con buen tino por parte de la conducción y los maestros, es ir de todos modos:
primero porque estamos cerca y segundo porque conocemos el lugar, nos parecía
que no era muy creíble la inundación. Arreglamos con un chofer de los
alquilados para que haga dos viajes y completara la delegación.
-¿Cuántos chicos son?
-Aproximadamente 200
chicos.
-¿Tuvieron razón en
dudar?
-Llegamos y había
actividades, realicé un registro de fotos con grandes filas de alumnos de
distintas escuelas para ingresar.
Esta situación que
nosotros denunciamos, se dio en distintas escuelas.
Después nos enteramos que
hubo más cancelaciones. Sabemos de manera cierta que escuelas de Mataderos, de
Soldati, Pompeya, Lugano, es decir de toda la zona sur de la ciudad vivieron
esta situación. Perdieron la posibilidad de poder estar ahí. Tampoco se
ofrecieron chances de reprogramar. Hubo miles de pibes que vieron frustrada la visita
a los juegos.
Nosotros saludamos la
decisión de la escuela de ir de todas maneras. Ahora, cuando vos llegabas ahí
te encontrabas con un segundo problema: había tal cantidad de pibes que era muy
difícil poder aprovecharlo. Pasamos dos horas, por lo menos, de la mañana
haciendo fila para entrar a natación. Cuando vimos que ya eran las once y que
nos quedaba un margen de media hora, sacamos a los estudiantes de ahí (todavía
no habían ido a ninguna disciplina) y los llevamos a Lucha Libre, donde
pudieron ver. Hicieron la experiencia y salieron re-contentos.
Quiero decir algo más,
por un lado está claro que con esto el gobierno busca llenar tribunas, para eso
van los chicos. Y nuestros objetivos son absolutamente distintos, repudiamos
esa actitud que dejó a los pibes, a muchos, sin esta oportunidad, cuando en las
escuelas se había trabajado.
-¿Cómo fue ese
trabajo?
-Se realizan
actividades previas. Nosotros estamos a 20 cuadras de la Villa Olímpica, es
algo que los pibes lo viven. Por su puesto, todo desde afuera. Entonces la
preparación fue con los profesores de educación física, para que conozcan las
disciplinas deportivas que podían llegar a ver, qué era un juego olímpico, y
demás.
Estaba también la
experiencia de campo, el asistir. Y al regreso hacer un cierre de esas
actividades. Es decir que no solamente se toman en serio las salidas, sino que
se preparan cada una de ellas, e insisto, para estos chicos son muy pocas, por eso
es que el enojo que tenemos es doble.
-Hubo comentarios que
te hicieron en Facebook diciendo que a los privados los dejaban pasar y a los
públicos no. ¿Es así?
-Hay distintos
comentarios. Lo que pudimos ver es la diferencia de los micros, nosotros vamos
en los clásicos naranjas y los pibes de las privadas venían en micros tipo
larga distancia. Y el acceso a las actividades era más rápido para determinadas
delegaciones de alumnos de escuelas privadas que para las estatales.
-¿Se les llegó a
informar a los chicos de la cancelación?
-No, de ninguna
manera. Hicimos un breve intercambio entre docentes y autoridades. La primera
dificultad estaba en un grupo de maestros que decían que vayan los que sí
tienen micro y se dio una discusión para que vayamos todos o no iba nadie. Eso
sirvió para presionar a la dirección y con el aporte generoso del chofer pudimos
resolver el problema. Los pibes no se enteraron nunca de que estuvieron “ahí”
de no hacer la salida.
Les puede haber
quedado un sabor a poco, participaron de solo un deporte, pero conociendo la
situación, creo que salieron todos chochos. Les impresionó mucho que, al
caminar por adentro de la Villa Olímpica, se cruzaron con gente que hablaba
otro idioma. La experiencia fue muy buena, pero por la decisión de los adultos
de la escuela, no por el gobierno.
-¿Les ha ocurrido
otras veces?
-Pasa, pero no con la
masividad de ésta. Porque fueron afectadas muchas escuelas, evidentemente hubo
otra cuestión. Suponemos que se debe a una “sobreventa”, entre comillas, de
“entradas de favor”. Entonces no eran necesarios nuestros pibitos para llenar
tribunas ese día.
-Ese comentario lo vi:
“cuando nos piden chicos para rellenar están dispuestos y sino no”. ¿Hay otras
ocasiones similares?
-Por supuesto, hace
años íbamos a festivales de cine en el Abasto, con nuestros pibitos y pibitas,
y por lo general había algún ejecutivo (por lo general de Estados Unidos) que
buscaba rodearse de unos cuantos “negritos” de los nuestros para sacarse la
foto. Cosas así hemos tenido varias, que son cuando por lo general hay micros
gratis.
-¿Hay diferencias en
las actividades de los chicos de escuelas públicas entre la zona norte y sur?
-No tanto. Puede haber
en relación a muchas escuelas de zona norte que tienen una capacidad de
recursos propios mucho mayor.
-¿A qué te referís con
eso?
-Y que, además de los
subsidios que da el gobierno para todas, hay cooperadoras más fuertes. Entonces
tienen para hacer arreglos de edificios muy caros con fondos propios. Como
también excursiones o salidas que dependen de recursos que exceden a los que
otorga el gobierno.
-¿Cómo afectó a los
chicos a la escuela todos los cambios debido a la Villa Olímpica y los juegos?
-Lo único fue que
durante muchos meses sufrimos una incomodidad permanente para transitar. Todo
lo que quede como saldo post-juegos, nada de eso va para estos pibes. Así que
no va a tener un gran impacto.
El tema de los
hospedajes que se construyeron y pasarán a ser viviendas, no es para nosotros.
El impacto solo es la anécdota de haber vivido en la zona donde estuvieron los
Juegos Olímpicos de la Juventud.
-Como un análisis de
la situación. Estos chicos vieron a otros jóvenes que están en un nivel de
elite de entrenamiento y puede ser una influencia, generar un deseo en ellos
por estar en ese lugar. ¿Les pasó?
-No me cabe dudas que
es un deseo que tienen muchos de ellos. Que después choca con la realidad. El
deporte que tienen es el fútbol y la única oportunidad de hacerlo a ese nivel.
Alguna vez ha venido a la escuela alguna clínica de tenis o de rugby, pero es
como los Juegos Olímpicos. Es lo que ves en la tele, más cerca, un día y se
terminó.
No hay una posibilidad
cierta porque no hay una política del Estado para que estos pibes puedan
desarrollar la práctica de alguno de estos deportes, mucho menos sistemática. Solo el fútbol.
Considerando esta anécdota y las muchas que
encontramos con solo
dialogar con docentes, padres o estudiantes, o comparar el salario docente con
la canasta básica, podemos responder a
la pregunta inicial señalando que hay una política consciente del Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires de precarizar la educación estatal.
Hoy festejamos la “travesura” de los docentes
porque fue una actitud contra esta tendencia que hace sufrir a los niños más
humildes. Fue valiente y ejemplar, para cambiar una situación que nos indigna a
todes.
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