“Escriba en una carta lo que vio”. Ese fue el consejo que le brindó el editor del Esquire a un joven periodista, quién no había logrado terminar un artículo sobre fanáticos de autos remodelados. Así comenzó el descubrimiento de una nueva forma de hacer periodismo, el Nuevo Periodismo.
Wolfe no había leído a García Márquez (“Relato de un Náufrago”, 1955) ni a Rodolfo Walsh (“Operación Masacre”, 1957), pero estaba transitando el mismo camino. Fue parte de un selecto grupo que enfrentó la tradición del periodismo de la “pirámide invertida” -donde la lectura de una nota avanza linealmente desde lo importante a lo prescindible-.
"Construir el texto escena a escena como en una novela; usar la mayor cantidad de diálogo posible; concentrarse en los detalles para definir a los personajes y adoptar un punto de vista para relatar la historia". Pregonaba a sus colegas y agregaba: “Este descubrimiento, modesto al principio, humilde, de hecho respetuoso, podríamos decir, consistiría en hacer posible un periodismo que... se leyera igual que una novela".
Los cultores de esta nueva técnica también compartían una visión crítica de la sociedad, incluso irónica. En "Radical chic" (1970), Wolfe describe una fiesta organizada por artistas y personalidades de la elite neoyorquina para agasajar a las Panteras Negras, una organización que reclamaba contra la opresión a los afro-americanos ejercida, históricamente, por esos mismos anfitriones.
En “La hoguera de las vanidades” (1987) realiza una sátira de las costumbres norteamericanas. Relata la historia de un exitoso corredor de la Bolsa de Valores de Nueva York que cae en tragedia debido a circunstancias fortuitas que cuestionan el valor del dinero y la fama. Desnuda la hipocresía de los pilares morales de la época.
Visitó la Argentina en 2008, asistió a la Feria del Libro de Buenos Aires y dejó una frase para todos sus seguidores y para los detractores del la no-ficción, que plantean la dicotomía objetividad/subjetividad. "La imaginación de un periodista es incapaz frente a lo que se lee en los diarios".
Fue también uno de los inventores de la primera persona en el periodismo; participaba, convivía con los sucesos que debía cubrir. Afirmaba que “la tarea del escritor consiste en mostrar como el contexto social influye en la psicología personal.” En una entrevista con El País de España, en 2014, se le consultó sobre los efectos negativos que tuvo el Nuevo Periodismo, Wolfe dijo: "El abuso de la primera persona del singular. Un fallo que yo mismo he cometido”.
A días de su fallecimiento, el 14 de mayo, tras varios lustros de la intervención de las comunicaciones digitales y la nueva morfología del periodismo, ese Nuevo Periodismo no se oxida. Sigue siendo una alternativa enriquecedora para todo tipo de lectores y una anécdota inmortalizada para todo aquél que se inicia en periodismo… “Escriba en una carta lo que vio”.
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