TERCEROS PERO CAMPEONES

Por Germán Tasca
                     
Esta historia, trata del comienzo de una leyenda del boxeo e involucra a la última medalla olímpica argentina en este deporte. Se estaban disputando los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y en el pugilismo empezaba a asomar y a sonar el nombre de alguien desconocido para muchos: Floyd Mayweather Junior, quien se desempeñaba como un pugilista amateur y decidió participar de los JJ.OO.
Chacón y Mayweather en el tercer escalón del podio en Atlanta 96. 
En las primeras rondas, Mayweather no tuvo problemas para vencer a sus contrincantes, hasta que en la semifinal se cruzó con el búlgaro Serafin Teodorov. Fue un combate muy disputado. El europeo derrotó por la mínima diferencia al norteamericano y le provocó su última derrota en un cuadrilátero. Cabe destacar, que se puntuaban por los golpes que recibían en tres asaltos de tres minutos cada uno. Floyd se tuvo que conformar con el bronce y compartió podio junto al argentino Pablo Chacón, quien había caído en la otra llave con el tailandés Somlunk Kansing, quien finalmente en el combate por el oro logró vencer al de Bulgaria.
Acá esta lo curioso de esta historia: unos promotores, que buscaban talentos para llevar al profesionalismo, observaron y vieron luchar a Teodorov y luego de la semifinal, le habían ofrecido un millón de dólares, una casa y el contrato que lo iniciaba como púgil oficial: rechazó la oferta. Entonces, tras la negativa del europeo, fueron por el derrotado de la pelea. Así comenzó el origen de la leyenda, que dejó una marca de 90-6 como amateur y de 50-0-0 como profesional, superando el récord de su compatriota, Rocky Marciano. El vencedor de Mayweather ahora trabaja como operario de mantenimiento y cobra una pensión de 460 dólares, se dejó estar por la bebida y la depresión. Esto dicho por el mismo en un reportaje. 
Lo paradójico de esta historia es que los medallistas de bronce fueron campeones del mundo como boxeadores profesionales.

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