Por Jerónimo Aliaga
El seleccionado de
rugby sudafricano llegó a Buenos Aires con el foco en Los Pumas, de cara a una
nueva fecha del Rugby Championship. En un año crítico para los Springboks,
Adriaan Strauss, flamante capitán del equipo, dialogó con Hay Equipo sobre sus
sensaciones acerca de éste nombramiento, la manera de encarar esta
responsabilidad, cómo encaran los Springboks la nueva etapa de transición y sus
sueños, entre algunos de los temas en conversación. A los 29 años, el hooker de
los Bulls quedó afuera de los palyoffs del Super Rugby por ésta temporada, pero
no se resigna y está muy enfocado en éste período con el conjunto de Sudáfrica.
Has sido nombrado capitán de los Springboks
hace dos meses. ¿Qué representa vos?
Es un gran honor.
Desde chico, uno siempre sueña con jugar para un equipo provincial y el mayor
anhelo es jugar para los Springboks. Para mí el pináculo es el rugby porque
crecí en Sudáfrica y ser capitán de los Springboks va más allá de mis sueños,
es un enorme honor y responsabilidad.
En Sudáfrica el rugby es el deporte más
popular. En tu caso, ¿qué te motivo a jugar y por qué decidiste convertirte en
jugador de rugby profesional?
Crecí en una granja y
mi padre amaba el rugby. Había una comunidad de rugby y antes del horario de
clase entrenaba y practicaba. Mi padre me enseñó cómo pasar la pelota y patear.
Desafortunadamente nunca pude desarrollar esa habilidad en un equipo pero me
enseño tirar un drop en nuestro jardín. Es algo que llevamos en nuestro ADN en
Sudáfrica.
Ahora que eres el capitán, sos una referencia dentro
del equipo y en algunos casos tal vez deberás motivarlos y guiarlos. ¿Cuál es
tu filosofía de liderazgo?
Mi filosofía de
liderazgo es bastante simple: honestidad. Debes saber reconocer que uno puede
cometer errores como cualquiera. Que los altos directivos sepan que uno es un
integrante más del equipo y poder responsabilizarse por el accionar de mis
compañeros. Por otro lado, el equipo siempre está primero. Si hay algo que no
es lo mejor para el equipo, no lo hago. Quiero que los muchachos siempre sepan
que todo lo que hago en el campo de juego es el mejor interés para el equipo.
Creo que ellos pueden seguir y respetar eso. Seas el mejor jugador de rugby o
no, podes cometer errores. Creo que si tu corazón está en el lugar correcto y
es puro, Dios te guiará.
Este fue
un año de recambio en el plantel con muchos jugadores nuevos que ingresaron y
otros de mucha experiencia que se retiraron.
Sí, hubo muchos cambios,
especialmente después de la Copa del Mundo. Es un ciclo de 4 años entre cada
mundial. Muchos jugadores experimentados se van y muchos jóvenes llegan. Es
emocionante pero a la vez tiene mucha presión para los muchachos. Debes
mantener ciertos estándares que se esperan de uno como el equipo de rugby como
los Springboks. Decir que estamos en una etapa de desarrollo es verdad pero
nunca puedes usarlo como una excusa para no jugar bien o por perder un partido.
Eso agrega presión pero es una época emocionante para el rugby de Sudáfrica.
Los jóvenes se están involucrando mucho para mejorar y es un gran honor ser
parte de esto.
¿Cómo es el entrenamiento y preparación en esta
época de recambio teniendo en cuenta que el año pasado eran un equipo
consolidado, que se conocía, y este año se están amalgamando con caras nuevas?
Toma tiempo. Todos se
deben apegar a un plan y a los detalles del mismo. Todos lo comprenden y lo
asumen. Pero si necesitas tener 15 personas en el campo de juego, tener la
sinergia para estar en la misma mente, sentir y saber lo que la persona a tu
lado va a hacer antes que lo haga, para actuar y reaccionar sobre eso, toma
tiempo. Necesitamos conocernos bien. Creo que vamos creciendo cada semana. Puede
tomar tiempo pero creo que estamos mejorando.
En lo personal, ¿qué logros o títulos te quedan
aún por ganar para sentirte satisfecho con tu campaña deportiva?
No he ganado muchos
trofeos, lo cual es malo pero para mí los trofeos no son muy importantes.
Siempre he dicho que juego para que me recuerden las personas como jugador de
rugby. Quiero respeto por parte de mis compañeros de equipo. Es mi objetivo y
siempre lo ha sido. El día que no juegue más, quisiera que los muchachos con
los que juego me recuerden y piensen como alguien que nunca se rindió y siempre
luchó por lo que quiso. Ese es mi gran sueño. Que el rugby me recuerde de esa
manera.
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