La ciudad


Mar del Plata recibió turistas de todas partes del país que decidieron escapar unos días para disfrutar del festival, a simple vista pareció que la concurrencia era una cantidad espectacular de visitantes pero al hablar con comerciantes hacían evidente la comparación con el año anterior donde fue mayor la concurrencia.
Un taxista faltando un día para terminar el festival declaró que para el año pasado a la misma altura había realizado más viajes que este y que notó a la ciudad menos concurrida que otros años.
En un hotel de la famosa Avenida Luro un empleado de seguridad reconoció que este año el cupo del hotel no estuvo completo durante el festival  y que le llamó la atención pero que tal vez hubo una mala elección en la fecha.
Una de las principales compras de los visitantes de La Feliz son los clásicos alfajores, ahí tampoco pudo florecer la venta de los dulces productos, una empleada de una de las tantas tiendas de la ciudad expresó que no se notó un incremento significativo en las ventas. Aunque bien una de las causas puede ser la amplia competencia que abunda en la ciudad.

Los tres confían en que a temporada sea fructífera paran ellos y los miles de visitantes que van año tras año a La Feliz.

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