El blanco de la inundación del pasado agosto
de este 2015 sin duda fue Luján, donde el río en menos de una semana creció 5
metros con 33 centímetros. Su desborde inundó los barrios próximos aledaños, alcanzando
la máxima altura en 25 años y logró llegar hasta la Basílica, emblemático lugar
no solo de esa ciudad sino de la Argentina. Comprometió entonces a todos sus
afluentes, mayores y menores, como lo es el Arroyo Gutiérrez de la localidad de
Luján.
Una lluvia torrencial alcanzó un volumen de
agua vertida de aproximadamente 200 milímetros de agua en 12 horas, según la
fuente que se consulte. Temporal de lluvia y tormenta, con vientos que
alcanzaron unos 50 kilómetros por hora. Esa noche, los bonaerenses no la van a
olvidar nunca. Hubo barrios enteros sin luz, ríos desbordados, rutas anegadas y
vuelos demorados.
Siempre que llovió, paró. Pero no paró esa
noche. El pronóstico, por mucho que descreyéramos de la meteorología, ésta vez
se hizo realidad: no paró en casi una semana.
La consecuencia fue: evacuados, ahogados e inundados.
La desgracia golpeó duro.
Luján,
tierra de nadie
En varias de las casas que vimos por
televisión, el agua había alcanzado más de un metro de altura dentro de ellas.
El barrio Padre Varela, que rodea el Arroyo
Gutiérrez, un pequeño afluente del Río Luján, está ubicado detrás y hacia el
este de la Basílica, como a dos kilómetros. La calle Rivadavia atraviesa las
cinco manzanas que lo componen. El Arroyo Gutiérrez delimita la entrada al
barrio. A casi una cuadra y media está la casa de Mayra, de 18 años. Allí vive
con sus padres y detrás de su casa, en otra construcción patio mediante, está
la casa de su hermano mayor, separado, que vive solo.
Esta familia vive en el barrio desde hace algo
más de 10 años. Vale aclarar que no se trata de construcciones precarias ni
mucho menos. Por el contrario, es un barrio como cualquier otro, con lindas y
arregladas casas cómo es el caso de ésta que parece recién pintada con color
rosado, muy moderno. Algunas no están tan prolijas pero no son precarias. A
éste Barrio lo forman 70 familias, todas: clase trabajadora. Es imposible no
percibir el olor a humedad arraigada fuertemente en el interior de la casa. Es
inmediato cuando Mayra abre la puerta.
Mayra: Hola, adelante, pasen.
Hay
Equipo: Nos enteramos que es la tercera inundación que sufrís.
M: Sí. En la misma semana, dos veces. En 2014, la primera vez, llegó solo
hasta los zócalos, y la segunda vez no llegó a entrar. Esta es la tercera vez.
HE: ¿Estás
buscando lugar con tu mamá para mudarte?
M: Si. Por la inundación. No se puede vivir así. Es horrible lo que nos
pasó. Horrible la situación de esperar que te llegue el agua, es horrible
cuando tenes el agua y es horrible el después. Tener que llegar a la casa, y
comenzar las tereas de la limpieza. Otra
vez acomodar las cosas que acomodamos antes para que el agua no las dañe.
HE: ¿A
vos te evacuaron?
M: Autoevacuada. Nos fuimos a
la casa de una tía, que vive en Lujan, en el barrio La Hostería. Ahí no se
inunda.
HE: ¿Por
qué creés que se desborda el arroyo Gutiérrez?
M: El arroyo está dragado, hace poco lo zanjaron. El año pasado también
hicieron una limpieza. Se ve a las
claras que no alcanza, quizá necesite de más mantenimiento.
Previo a estos hechos dolorosos que protagonizó
ésta familia, antes que el agua entre y para ir apenas ensayando el rol de
ponerse en el lugar del otro, Mayra nos cuenta que veían cómo crecía el arroyo.
La familia entonces comenzó a prepararse para lo que fue el después. Para cuando le llegara el agua
adentro de su casa.
Imaginemos, e intentemos sentir. Horas y días
aguardando lo peor, durmiendo arriba de una mesa, no pudiendo descansar, casi
vestidos, prontos a saltar y subir pertenencias ya embaladas. Alertas. Siempre
–no tenemos respuestas- sucede a la madrugada, como en la casa de Mayra. Un
miembro de la familia quedó en vigilia y cuando el agua comenzó a filtrar avisó
al resto. Todos rogando que no entrara de forma súbita para que les dé tiempo a
subir lo embalado.
¿Cómo vivir con tanta desazón en el cuerpo? De
éste modo vivió la familia de Mayra esos días, horas previas antes que el agua
alcanzara hasta “la rodilla” como dice ella, unos 50-60 centímetros.
La mamá de Mayra, Delia, se une al grupo y
poco después el papá, Oscar. Delia describe que su sentimiento fue de abandono,
tristeza y desazón cuando se fueron a las siete de la mañana, a las dos de la
mañana comenzó a entrar el agua sin parar. Mayra en contraste, se define como,
atónita, dura.
Delia relata: “Nos inscribió
la Cruz Roja, dijeron que nos darían una tarjeta para supermercado. Pero aún no
la tengo. No me dieron nada. También pasaron por parte de Bienestar Social y
Anses. Pero para los trabajadores bajo
relación de dependencia como yo, que hace 30 años que trabajo, no hay
resarcimiento de ningún tipo”.
Es recepcionista de un hotel que prefirió no
nombrar.
Delia: Mi sueldo es de ocho mil pesos. Aún
las personas que tuvieron la voluntad de colaborar, la solidaridad de
ayudarnos, nos siguen trayendo agua y alimentos. Sólo tomo el agua, que comer
no me falta. El agua sí, porque está contaminada y no nos podemos lavar los
dientes si no es con agua mineral.
HE: Con los artefactos eléctricos:
¿qué pasó?
D: Los subí pero no tan alto. Arriba de una tarima con ladrillos. La
heladera no funciona bien, algo se rompió porque el agua mojó el motor. Pero no
tengo plata para comprar otra.
HE:
¿Vas a alquilar una casa o departamento? Porque estas acostumbrada a una casa.
D: Busco un departamento. Me
quiero ir. No puedo vivir así. Llueve y estoy pensando cómo y dónde poner las
cosas de mi casa. Es estresante y estoy traumada. Me quedó un trauma. No quiero
vivir más de éste modo.
Oscar: A nosotros nos costó tener nuestra casa. No usurpé el terreno. Soy el
dueño. Por eso no me quiero ir. Necesito quedarme para poder pelear por esto.
HE: El
hotel donde trabajas ¿no te envió ayuda?, colchones, cama, sábanas. Trabajan
con empresas proveedoras.
D: (dice que no con la cabeza primero, y apesadumbrada responde) No.
Nunca me preguntaron nada.
HE:
¿Creés que va a ver una solución?
O: Por eso me quedo. Nos
estamos juntando con los vecinos en una sociedad de fomento para saber qué tipo
de respuestas nos dan las autoridades. Que solución nos dan ante éste desastre.
Que alguien nos escuche. Lujan, es tierra de nadie.
Y ahí se quedó esta familia. Sola. Es tan
extraño que en todos lados escribamos damnificados,
también lo son, claro. Pero la palabra que bien los describe es: inundados.
Antes de la inundación, al menos conformaban una familia.
Esto también provoca la inundación: se
desmembró la familia de Mayra. No hay especulaciones en éste hecho. Las puede
haber respecto al porqué del desborde del arroyo.
Existen varias causantes que abarcan a la
esfera política básicamente, porque también se deben realizar diseños políticos
que contemplen lo ambiental y ecológico.
Así también lo marcan quienes atienden estos
asuntos; 180 milímetros registrados en 12 horas, impensable. Huracanes; la ola
del fenómeno del Niño que pasa por éstas tierras. Y la avaricia que siempre es
desmesurada, ¿no hay leyes que nos protejan? Hacedores de construcciones de
dudosa habilitación municipal. ¿Dudosa? Quizá a esto se lo llame Desamparo político
Por última vez: cambiemos un instante el lugar
que ocupa el otro. ¿Cuánto puede sostenerse
éste hálito contaminado con estrés? Hoy hablamos de prevención antes que
de la enfermedad ¿Cuál prevención? Quizá a esto se lo llame Modo de aprender a hacer política.
NOTA:
Esta nota no se hubiese llevado a cabo sin la
invalorable colaboración de Gonzalo Bogetti, estudiante de la carrera de
periodismo de primer año del Instituto Crónica. Residente en la ciudad de
Lujan.
Mayra tiene 18 años y estudia en la
Universidad de Lujan la carrera de Lienciatura en Ciencias de la Educación.
Su mamá Delia, tiene 58 años, es recepcionista en un hotel. Trabaja desde hace 30 años. 28 de ellos en el hotel. Oscar, su papá 65
años: “estoy próximo a jubilarme”, y trabaja en jardinería. Formaron su
familia hace 21 años.
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Y
sopló la sudestada
El 11 de agosto de
2015, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Servicio de Hidrografía
Naval (SHN), anunciaron la crecida del Río de La Plata, y se cumplió. Afectó
al drenaje de los ríos que se habían desbordado y contribuyó con la crecida
de los mismos.
TELAM.
11 de agosto 2015.
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LUGARES AFECTADOS
Las
cuencas afectadas son la de los ríos Arrecifes, De La Plata
Inferior, Salado, Areco, Luján, Matanza, y De La Plata Superior.
Las
principales localidades alcanzadas son Luján, Lobos, San Antonio de
Areco, Salto, La Matanza y Arrecifes. También se registran inundaciones en
Balcarce, Berisso, Bragado, Campana, Capilla Del Señor, Capitán Sarmiento,
Castelli, Chacabuco, Chivilcoy y Escobar. Además, Exaltación De La Cruz,
Lomas de Zamora, Irala, Mercedes, San Miguel del Monte, Pila, Pilar,
Quilmes, Saladillo, General Viamonte, Zárate, Pergamino y 25 de Mayo.
TELAM
12 de agosto 2015.
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