Parece que es un
deber que un hombre y una mujer se enamoren, se casen y tengan hijos, sin
embargo, no todos a todas las mujeres le gustan los hombres y viceversa y no
tiene por qué ser así. Todavía hay gente que no lo aprueba, que está en contra
y que lo ve como algo prohibido, un tabú.
El hecho de que dos personas de un mismo sexo caminen de la mano por la
calle, lo ven como algo inválido. “Eso está mal”, murmura la gente que está en
contra. ¿Tanto le cuesta aceptar a la sociedad que dos mujeres o dos hombres se
gusten?
¿Por qué una
persona tiene que convivir con los prejuicios, con la discriminación de ser
“diferente”? “Para los gustos se
hicieron colores, para los hombres se hicieron las mujeres” Se escucha decir a
un hombre sentado leyendo el diario,
quizás él fue criado de otra manera, con otros valores, en los que la mujer se
queda en la casa con los hijos, mientras ellos salen a trabajar. Pero hoy no.
Hoy no estamos es la década del 70´. Hoy todo es diferente, estamos en el siglo
XXI y el mundo es diferente a lo que era antes, pasó por muchos cambios y si
aceptaron los cambios desde esa etapa como los presidentes, los cambios
políticos, etcétera, ¿Por qué no aceptar los gustos sexuales de cada persona?
Este tema es algo
delicado. Claro, criticar al otro es fácil, juzgar por sus gustos o su forma de
ser, también. Si uno elige esa vía empezamos mal. No hay que sentarse a
reflexionar y entender el por qué de cada cosa, hay que solo aceptar y
dejar que la otra persona se sienta aceptada por lo que es y siente.
Florencia Monzón
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