Son muchos los factores que se tienen en
cuenta a la hora de analizar un equipo, aunque en la mente del hincha común
siempre está presente la idea de la victoria. No importa de qué forma se juegue
ni quién mantenga la pelota durante mayor tiempo en el partido, siempre y
cuando se pueda aprovechar tal vez la única ocasión de gol que se presente.
Ahora, ¿qué pasa cuando es al revés?
Equipos que tienen 80 minutos de partido con un fútbol digno de ver, que gusta, que promete, pero no puede darse el gusto de la victoria. Y en un minuto en el que la defensa se dispersa, se perdió un partido increíble, en el cual se tenía todo lo necesario para ganar. Es indescriptible la impotencia que genera eso, es preferible decir: “Perdimos porque jugamos mal” a la bronca de llegar al punto de quedar afuera de competiciones importantes haciendo un partido espectacular.
Imposible culpar al técnico en esos momentos, cuando el problema es exclusivamente de quién define. No exclusivamente porque lo haga mal, sino también en ese momento influye la calidad del arquero contrario y la presión que se tiene después de errar 5 tiros al arco y no haber podido concretar. La realidad es que nadie que le guste el buen fútbol va a desperdiciar 90 minutos en un partido de un equipo que juega “feo” pero el simpatizante va a estar esperando el encuentro y ver cuántos goles pueda gritar para quedarse con los 3 puntos. A todos les gusta ganar, estar primeros en la tabla, salir campeones. Pero a ¿quién le gusta ver jugar mal a su equipo?
Macarena CutreraEquipos que tienen 80 minutos de partido con un fútbol digno de ver, que gusta, que promete, pero no puede darse el gusto de la victoria. Y en un minuto en el que la defensa se dispersa, se perdió un partido increíble, en el cual se tenía todo lo necesario para ganar. Es indescriptible la impotencia que genera eso, es preferible decir: “Perdimos porque jugamos mal” a la bronca de llegar al punto de quedar afuera de competiciones importantes haciendo un partido espectacular.
Imposible culpar al técnico en esos momentos, cuando el problema es exclusivamente de quién define. No exclusivamente porque lo haga mal, sino también en ese momento influye la calidad del arquero contrario y la presión que se tiene después de errar 5 tiros al arco y no haber podido concretar. La realidad es que nadie que le guste el buen fútbol va a desperdiciar 90 minutos en un partido de un equipo que juega “feo” pero el simpatizante va a estar esperando el encuentro y ver cuántos goles pueda gritar para quedarse con los 3 puntos. A todos les gusta ganar, estar primeros en la tabla, salir campeones. Pero a ¿quién le gusta ver jugar mal a su equipo?
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