Después de la segunda fecha, tras perder 1-0 ante Colombia,
el seleccionado brasilero fue el centro de las críticas por parte del mundo
futbolero y de los medios de comunicación.
Miles de comentarios haciendo referencia que “Brasil era la
de antes”, por sus figuras pasadas. Lo cierto es que hay un recambio generacional
en el cual el nivel no es parecido en lo más mínimo, pero es descabellado
martirizar a un equipo que finalizó cuarto en un mundial y perdió, ante una
excelente Colombia, después de 11 victorias consecutivas desde que asumió Dunga
como director técnico.
Es muy difícil igualar camadas como las que hubo hasta hace
10 años, cuesta entenderlo pero es la realidad. No siempre viene uno mejor que
el anterior. Sin embargo, los jugadores que hoy defienden la camiseta son
figuras en sus respectivos equipos. Coutinho la rompió en el Inter y lo sigue
haciendo en el Liverpool; Thiago Silva y David Luiz son pilares en el PSG;
Marcelo y Dani Alves son dos de los mejores laterales del mundo; William la descose
en el Chelsea; y Neymar, el distinto del equipo, ese que deleita al mundo con
sus “firuletes” y hace enojar a los rivales por ser un gran actor, es la súper
estrella del equipo. Si bien no son Ronaldo, Cafu, Roberto Carlos, Romario o Rivaldo,
son excelentes jugadores.
Tras la victoria sobre Venezuela, sin Neymar, y la
clasificación en primer lugar, muchos que no tenían fe y hablaron de ante mano
sobre una posible eliminación, serán más pacientes a la hora de criticar
negativamente.
Solo queda esperar, como posibles rivales en semifinales, es
que a estos “jugadores mediocres” no les florezca esa hambre de gloria que
tuvieron otras selecciones anteriores que marcaron y enriquecieron la historia
del futbol y de Brasil.
LEANDRO CONTRERAS
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