Liz Solari ayuda a los pueblos originarios, especialmente a la comunidad guaraní Ivoty Okara, de Bompland (Misiones). Llegó a tomar contacto con los integrantes de la misma gracias al matrimonio de Carlos Ferro y Nilda Carmen Abildgard. La bellísima modelo y actriz nos contó cómo se dio el vínculo y de qué manera ayuda. Los invitamos a conocer esta historia.
-Carlos vino a mi casa para tapizar unos sillones. Era la primera vez que lo veía. Cuando
llegó me reconoció y me contó lo que estaban haciendo con esta comunidad de
Misiones. Y decidí ayudarlos. Hace dos años hice una película que se llama Ley
Primera en la que se cuenta sobre la Masacre de Napalpi, y los daños que sufren las
comunidades originarias al ser echados de sus tierras. Desde ese momento decidí
acercarme a estas comunidades para ayudar.
-¿Conocías la lucha de los pueblos originarios en nuestro país?
-Sí, pero poco a poco voy adentrándome más y más en esta realidad que no es nacional
sino internacional, que viene de tiempos remotos y aun hoy, en el siglo XXI, a ellos les
toca seguir siendo discriminados, amenazados, echados de sus tierras. No están
incluidos en nuestra sociedad. Se sienten invisibles.
-Además de la difusión que realizas, ¿cuál es la otra manera de apoyarlos a la que vos
ter referís?
-Yo he donado personalmente lo que está a mi alcance, los he visitado. Con Unicef fui
al norte de Salta a Campo Duran una escuelita rural donde los niños no pueden acceder
a la escuela secundaria porque el maestro no puede llegar. Se les dieron computadoras y
wifi para que puedan presenciar las clases que dan en Salta ciudad. El estudio es
fundamental para que no queden excluidos de la sociedad. También impulso peticiones
on line junto con change.org para que la gente vote y así generar justicia social. Me
reúno, los conozco, los escucho y a veces ayudo con cosas básicas que necesitan u otras
algo más complicadas. Pero uno siempre puede ayudar.
-¿Tenes o te da temor meterte con éstos temas que rozan lo político?
-No me da temor. Me da impotencia que nuestros hermanos indígenas no sean
incluidos en nuestra sociedad como lo merecen. Me da vergüenza que el sistema
político que tenemos sea tan corrupto y que no haya justicia, al menos la que merece
haber para que los que vivimos en este país nos sentamos contenidos.
-El público, en general no espera que una actriz, por estos estereotipos que nos
referencian de generación en generación, tenga un papel comprometido socialmente.
-¿A vos te afecta de algún modo tenerlo? ¿Tenes menos trabajo por esto o menos
entrevistas?
-Yo solo aporto mi grano de arena. No estoy pensando si eso afecta o no mi trabajo, la
verdad no me interesa. Sí me interesa abrir los ojos y los de la gente y comprometerme
desde un lugar desinteresado para sumarle algo a la vida de otros seres. Me nace
naturalmente y me llena de felicidad hacerlo.
Elena Gallardo
llegó me reconoció y me contó lo que estaban haciendo con esta comunidad de
Misiones. Y decidí ayudarlos. Hace dos años hice una película que se llama Ley
Primera en la que se cuenta sobre la Masacre de Napalpi, y los daños que sufren las
comunidades originarias al ser echados de sus tierras. Desde ese momento decidí
acercarme a estas comunidades para ayudar.
-¿Conocías la lucha de los pueblos originarios en nuestro país?
-Sí, pero poco a poco voy adentrándome más y más en esta realidad que no es nacional
sino internacional, que viene de tiempos remotos y aun hoy, en el siglo XXI, a ellos les
toca seguir siendo discriminados, amenazados, echados de sus tierras. No están
incluidos en nuestra sociedad. Se sienten invisibles.
-Además de la difusión que realizas, ¿cuál es la otra manera de apoyarlos a la que vos
ter referís?
-Yo he donado personalmente lo que está a mi alcance, los he visitado. Con Unicef fui
al norte de Salta a Campo Duran una escuelita rural donde los niños no pueden acceder
a la escuela secundaria porque el maestro no puede llegar. Se les dieron computadoras y
wifi para que puedan presenciar las clases que dan en Salta ciudad. El estudio es
fundamental para que no queden excluidos de la sociedad. También impulso peticiones
on line junto con change.org para que la gente vote y así generar justicia social. Me
reúno, los conozco, los escucho y a veces ayudo con cosas básicas que necesitan u otras
algo más complicadas. Pero uno siempre puede ayudar.
-¿Tenes o te da temor meterte con éstos temas que rozan lo político?
-No me da temor. Me da impotencia que nuestros hermanos indígenas no sean
incluidos en nuestra sociedad como lo merecen. Me da vergüenza que el sistema
político que tenemos sea tan corrupto y que no haya justicia, al menos la que merece
haber para que los que vivimos en este país nos sentamos contenidos.
-El público, en general no espera que una actriz, por estos estereotipos que nos
referencian de generación en generación, tenga un papel comprometido socialmente.
-¿A vos te afecta de algún modo tenerlo? ¿Tenes menos trabajo por esto o menos
entrevistas?
-Yo solo aporto mi grano de arena. No estoy pensando si eso afecta o no mi trabajo, la
verdad no me interesa. Sí me interesa abrir los ojos y los de la gente y comprometerme
desde un lugar desinteresado para sumarle algo a la vida de otros seres. Me nace
naturalmente y me llena de felicidad hacerlo.
Elena Gallardo