Un deja vu mecánico dejó a
Brasil sin dignidad. La quiso recuperar tras recibir los sietes goles, hace pocos días, de los alemanes. Suspiró angustia y desconcierto durante los días restantes
luego de recibir silbidos e insultos por parte de los torcedores. Pero tenía
que levantar esa imagen. Lavar esa cara para dejar una figura erguida mostrando
en sus ojos el orgullo brasileño que tantos años los marcó. Salió al campo del
juego con la intención de buscar el partido, como contra los germanos pero lo
hizo apresuradamente sin ideas ni conceptos. Y como contra los germanos, perdió.
La falta de Thiago Silva a Robben que derivó en penal |
Dos minutos del arranque
inicial se necesitaron para ver el primer festejo del partido en el estadio
Mané Garrincha: Robin Van Persie recibió la pelota, la aguantó y, de media
vuelta, descargó con un pase profundo a Robben para dejarlo mano a mano con
Júlio César. Avanzó a toda velocidad y Thiago Silva lo tomó de atrás para que
no se escapara. Y pasó lo que era previsible. Antes de entrar al área, el
delantero holandés empezó a perder la estabilidad y cayó dentro de ella. El árbitro
del encuentro, Djamel Haïmoudi, sancionó con la pena máxima. En ese momento, la
distancia entre el arco y el punto penal se disfrazó en el trayecto hacia un
abismo sin salvación. La alegría desapareció y con un zurdazo, Van Persie
colocó la pelota en un ángulo. El silencio volvió a rondar entre los hinchas
brasileños y la desesperación entre los jugadores del seleccionado anfitrión que
jugaban con las líneas muy separadas, un medio desprolijo y una falta de
colectividad que lo caracterizó durante todo el torneo. Apeló a las individuales
de talentos como el de Oscar pero no alcanzó.
Robin Van Persie festeja el primer gol del partido |
Con este panorama, Holanda
siguió con su tranquilidad y con la idea de esperar para contratacarlo. Y
funcionó. A los 15’ a través de un centro desde la izquieda, la pelota cruzó
toda el área. Iba a caer fuera de su perímetro pero David Luiz, en un intento
de despejarla, la rechazó hacia el medio- contradiciendo los manuales de los
defensores- y dejó que el equipo naranja aumente la diferencia por parte de
Daley Blind: el defensor llegó hasta el punto del penal en la más alta soledad
para concretar el segundo gol con su pie menos hábil.
Sin Wesley Sneijder –se lesionó
en el calentamiento previo del encuentro-, el conjunto dirigido por Louis van
Gaal sacó el pie del acelerador para que Brasil no sufra otra humillación.
Mientras tanto, en el complemento,
ingresó Fernandinho por Luiz Gustavo para sostener a un mediocampo endeble pero
el "Scratch", además de mostrar
esas falencias, manifestó su falta de profundidad a la que trataba de producir
con más garras que ingenio.
Holanda festeja su tercer puesto con la medalla de bronce |
Con la resignación obtenida
durante el transcurso del partido, cada decisión de los jugadores eran errores
contantes. En el final, Georginio Wijnaldum sentenció el partido luego de que
un espectacular Robben esperara a Daryl Janmaat, quien llegó hasta el final del
campo por la banda derecha ante un pase del delantero para dejar la pelota
servida frente al arco del conjunto verdeamarela y así, el volante del PSV establezca
otra goleada al organizador del Mundial. Por esta razón, fueron despedidos con
silbidos. Scolari está en duda de su cargo como DT. El fútbol brasileño está en
crisis. La única alegría del país vecino fue la presencia de Neymar en el banco
de suplentes, quien ni siquiera entró por una lesión que lo aqueja en la
tercera vértebra lumbar. En frente, el futuro DT del Manchester United se
despide tras haber hecho un buen papel en el torneo del Mundo y ser la única delegación
en utilizar a los 23 protagonistas que viajaron a la competición.
Nahuel Ignacio Acevedo