CON TEMPLE Y VALOR DE GIGANTE

Sergio Germán Romero, como todos sabemos, se ganó el corazón de millones de argentinos luego de su gran desempeño en este Mundial. Pasó de ser odiado y criticado, a ser un claro referente y responsable del paso de Argentina por esta Copa. Sin ir más lejos, fue el principal protagonista del partido frente a Holanda, tras atajar dos penales y llevar a la selección a la final, luego de 24 años.


Una vez finalizado aquel encuentro la gente explotó de admiración hacia el jugador  y expresó sus disculpas por haberlo prejuzgado. Muy pocos confiaron en él, ya que consideraron que en las actuaciones previas a Brasil 2014 su rendimiento había sido muy bajo y, además, era suplente de Danijel Subašić en el Mónaco de Francia, equipo donde jugó tan sólo en 9 ocasiones y le convirtieron 6 tantos. Ésto no le generaba confianza al público, que olvidaba el buen nivel que tuvo en la Copa América del 2011, donde hubo partidos en los que fue fundamental, como contra Bolivia y Colombia.

Romero se consagró campeón con la camiseta celeste y blanca en el Mundial Sub 20 de Canadá, en el año 2007, y posteriormente comenzó a ser citado a la selección mayor. Fue titular en los Juegos Olímpicos de Beijing, tras la lesión de Oscar Ustari, donde también obtuvo el título. Desde allí, y gracias a Diego Maradona, fue convocado para Sudáfrica 2010 y estuvo presente en todos los duelos de la selección, convirtiéndose en titular indiscutible. El jugador proveniente de Misiones, logró ubicarse en el segundo puesto de los arqueros con más partidos disputados, junto con Abbondanzieri, al alcanzar los 49, y quedó a 6 de Ubaldo Filliol.

Con ayuda de los defensores, confianza, valor, excelente rendimiento y su buena actuación, como bien le dijo Javier Mascherano antes de que comience la tanda de penales frente a Holanda, en este Mundial se convirtió en héroe. Estuvo nominado por la FIFA como uno de los tres mejores arqueros de Brasil 2014 y aunque no pudo traerse la copa, ni el premio del Guante de Oro, creció partido a partido y cada encuentro le sirvió como experiencia para perfeccionarse aún más. Salvó a la selección en más de una ocasión, mantuvo la valla invicta en cuatro partidos, tapando por lo menos 15 tiros. Es menester reconocer lo que logró en este mes, pasó de ser "Chiquito" a ser gigante.


Aylen Escamilla