La
injusticia vuela con los aires sobre Brasil con muchos destellos de la realidad
que son los propios hechos que sacuden calles de distintas ciudades en la que
los ciudadanos brasileños rechazan la política de los votos y optan por aspirar
a lo que realmente necesitan. Manifiestan su deseo desde distintos puntos de
expresión, levantando las voces, sus corazones para demostrar su carácter, su
espíritu para seguir luchando, expresándose como saben hacerlo.
Las
maneras de ver las cosas son ampliamente rechazadas desde la vista
gubernamental, colocando sus intereses primeros y de la población después. Sonríen
los que dicen que es relativo. Para ellos todo lo es. Situaciones como estas
merecen ser boicoteadas sino se piensan en cuestiones meramente humanas. Sin
embargo, con esta posición extremista no se lograría realizar eventos de tan
grande índole en ninguna parte del mundo ya que todos los países cuentan con
sus respectivos problemas sociales, en la que la brecha entre clases es
demasiado grande pero que algunos saben utilizar el reparto del presupuesto.
El
hambre se apoderó de muchos, la inseguridad de los hogares, las muertes de
algunos trabajadores y la ignorancia del Gobierno brasileño en seguir con este
proyecto que demuestra una poderosa aberración. Mientras que los cariocas no se
cansan en salir a las calles, obstaculizar el camino del micro de la Selección
brasileña al entrenamiento, aparecieron, esta vez, la expresión con grafitis
para demostrar el descontento sobre miles de millones de dólares que se invirtió
para la organización de este Mundial y que promete recibir grandes cantidades
de turistas en la que desembolsaran mucho más de lo que gastaron provocando no
caer en un déficit fiscal.
La imagen que explotó en las redes sociales (TN.com.ar)
Quizás,
lo que menos protestan y los que menos se preocupan son quienes no tienen
conflictos económicos como lo pueden ser las clases altas y medias altas.
En
una introducción de la reimpresión de dos artículos de Carlos Marx que son “Trabajo
salariado y capital” y “Salario, precio y ganancia” interroga: “¿A qué estados
de indigencia puede llevarnos este estados de cosas?” haciendo referencia a las
problemáticas de la gente en nuestros días como es la crisis económica “engendrado
por el sistema y por una vertiginosa carrera de los precios y salarios, en la
que estos pierden terreno constantemente, conduciendo hacia la miseria a
amplios sectores de la población”
Con
esta citación, podemos hacer referencia a los datos revelados sobre los números que el Gobierno brasileño invirtieron en la Copa Del Mundo. Y cual seria el desenlace si Brasil no obtienen de los turistas los beneficios que esperan o si el mismo país no sale campeón.
Llegamos a tal punto, que ciudadanos fueron desalojados pero tuvieron indemnizaciones que fueron muy inferiores a lo que vale el propio inmueble. Jerónimo S. de Oliveira fue uno de los afectados
por estas decisiones políticas ya que el gobierno de Pernambuco
construirá en la zona dos obras de infraestructura para facilitar el acceso al
estadio Arena Pernambuco.
"Lo
que me dieron no es ni la mitad del valor de la casa y no alcanza para comprar
otro inmueble. Estoy viviendo de favor con una sobrina y ella me cobra 400
reales (unos US$180). Ya me está pidiendo que me vaya y no tengo a donde
ir", dijo Jerónimo a BBC Brasil quién continuó: "Saqué piedras del río
con un solo brazo para mejorar mi casa. Pero todo el esfuerzo y el dinero que
invertí se perdieron".
Jeronimo Oliveira, el damnificado, con BBC Brasil
Así como
estas situaciones desbordan lo esencial, también lo hacen los 200
docentes que aprovecharon la salida del colectivos de los jugadores del
seleccionado brasileño para hacerse escuchar bloqueando la salida de este demorándolo,
por lo menos, una hora. El martes pasado, un grupo de manifestantes indígenas
se enfrentaron con la policía montada en Brasilia saldando un agente
herido de un flechazo y de esta manera cancelando la ceremonia
de exhibición del trofeo de la Copa Del Mundo.
Los aborígenes de diferentes etnias se reunieron para
bloquear las puertas del Ministerio de Justicia en el que protestaban
la demarcación de sus tierras.
La policía montada controlado al grupo indígena (Infobae)
En
esta coyuntura es válido pensar en que fracasó Brasil para que los
aumentos del transporte público, la inseguridad, la
mala atención en hospitales públicos,
el difícil acceso a las universitarias fueran mayores en esta temporada. Solo resta saber cómo se desarrollará
este evento con las posibles manifestaciones y si será capaz de recaudar lo
pronosticado.
Nahuel Ignacio Acevedo