Al momento de dar la lista de buena fe, Daniel Passarella, técnico de la Selección Argentina en el Mundial de Francia 1998, llamó a veintidós compatriotas, sin saber que si la suerte lo hubiera decidido, se podría haber cruzado con otros dos de sangre bien criolla.
Es sabido que uno de ellos, David Trezeguet, francés con ascendencia argentina, pudo levantar el trofeo soñado por todos, pero lo que pocos saben, es que casi desde el anonimato, hubo otro que llevó los colores celeste y blanco al menos en su ADN.
Se trató de un estadounidense, Claudio Reyna, nacido en Livingston, Nueva Jersey el 20 de julio de 1973 e hijo de Miguel, quien en la década del ’60 jugó en la primera división del Club Atlético Los Andes y luego fue en busca del famoso sueño americano en el país del norte.
Por una cuestión generacional, Reyna ya había sido parte de su seleccionado cuatro años antes, justamente como local, pero sin llegar a disputar ni un solo minuto dentro del campo de juego, mientras que el Rey David aún jugaba en el fútbol argentino, defendiendo los colores de Platense.
En el ‘98, de más está decir que el actual Newell’s Old Boys tuvo algo más de fortuna que su “compatriota de corazón”, ya que los Bleus estaban en la cresta de la ola y el Team armaba las bases para comenzar el crecimiento deportivo en la que hoy se encuentran transitando.
Sin embargo, al comparar el desempeño de ambas selecciones en ese y los dos campeonatos venideros que coincidieron, es muy curioso ver como el contrapunto entre las dos se invirtió cada cuatro años.
Dos semanas antes que Zidane y compañía aplastaran 3-0 a Brasil en la final, Estados Unidos quedaba eliminado en primera ronda, luego de perder en sus tres compromisos y apenas marcar un gol.
Más tarde, en Corea y Japón, llegando como campeones del Mundo y Europa, los galos protagonizarían (junto con Argentina, como olvidarlo) un verdadero papelón al quedar últimos en su grupo sin poder siquiera anotar en ninguna oportunidad, mientras que los Yankees llegarían un honroso lugar en los cuartos de final, logrando su segunda mejor performance en la máxima competencia, luego de su tercer puesto en Uruguay 1930.
Tal fue la proeza, que Claudio Reyna se convirtió en el primer futbolista de su país en integrar el equipo ideal de la competición junto a colegas que resultaron ser campeones como Ronaldinho, Rivaldo o el histórico goleador, Ronaldo.
Finalmente, el Mundial de Alemania pusó las cosas en su lugar, con Trezeguet jugando una final contra Italia, aunque errando un penal en la definición y con Reyna quedándose con las ganas de superar la fase inicial.
Un día después de quedar afuera, anunció su retiro de la selección, considerando que ya había cumplido un ciclo y así poder centrarse en los objetivos de su club, el Manchester City.
Sin embargo, en 2007 se mudó al Red Bull New York para jugar por primera vez en la liga de su país y estar cerca de su familia, retirándose un año más tarde para dedicarse a su propia fundación con la que aún se encarga de fomentar el crecimiento del fútbol (o soccer, mejor dicho) en Estados Unidos y rediseñar los programas juveniles para poder producir jugadores de calidad.
En diciembre del año pasado, cuando la United States Soccer Federation cumplió su primer centenario, dicho organismo dio a conocer quienes, según sus dirigentes, integran su equipo ideal: Brad Friedel; Marcelo Balboa, Carlos Bocanegra, Steve Cherundolo, Eddie Pope; Clint Dempsey, Landon Donovan, Tab Ramos, Claudio Reyna; Brian McBride y Eric Wynalda.
Entre 1994 y 2006, Claudio Reyma alcanzó la suma de 111 partidos con la camiseta de su país y marcó ocho goles (cada vez que lo hizo, Estados Unidos ganó) logrando posicionarse como el sexto jugador con más presencias en su selección.