Por Gabriel Duro
La Copa Conmebol 1996 se caracterizó por la ausencia de los grandes clubes de Argentina y Uruguay. Por Brasil, si bien Vasco da Gama y Fluminense presentaron sus equipos, poca importancia le dieron al torneo. La situación facilitó el camino a clubes de menor tradición. El Club Atlético Lanús de Argentina supo aprovecharlo, se coronó y siguió un camino exitoso hasta la actualidad.
Esta Copa también
dio a lugar a que un modesto club del interior uruguayo y amateur,
perteneciente a la OFI (Organización del Futbol del Interior) y no a la AUF
(Asociación Uruguaya de Futbol), participase por primera vez de un torneo de
carácter internacional, el club beneficiado fue Porongos de la ciudad de
Trinidad, capital de departamento uruguayo de Flores.
Un total de 16 clubes pertenecientes a las 10 federaciones que integran la Confederación Sudamericana de Futbol disputaron el certamen. Los que participaron fueron: Por Argentina, Lanús y Rosario Central; Porongos y River Plate representaron a Uruguay; por el lado de Brasil, Vasco da Gama, Fluminense y Palmeiras; solo el Cobreola puso la presencia chilena; Perú presente con Alianza Lima; mientras que Bolivia fue representada por Bolívar. También participo Paraguay con Guaraní; Ecuador, con Emelec; Colombia, con Deportes Tolima e Independiente de Santa Fe (finalista): y por último, el Deportivo Táchira de Venezuela.
El equipo argentino comandado por Héctor Cúper se consagró campeón luego de salir victorioso frente a Bolívar, Guaraní, Rosario Central y en la final contra Independiente Santa Fe de Colombia, en series que se definían en duelos de ida y vuelta.
Justamente nos vamos a detener y tratar de revivir, el primer juego por la final de
dicho evento, se jugó en Arias y Guidi, hoy convertida en Cabrero y Guidi, dos
nombres con mucho peso en la institución granate. Con goles de Oscar Mena en el
primer tiempo y del "Caño" Ariel Ibagaza en el segundo, Lanús viajó a Colombia con
ventaja para jugar lo que sería su primera victoria internacional.
Colombia lució revolucionada y el Campín de Bogotá, enardecido, con 45.000 fanáticos. Mientras, en
Argentina miles de granates copaban el micro estadio mirando por pantalla gigante
y alentando desde la distancia que se acortaban por las ganas de coronarse por
primera vez en la historia. Fue tanta la presión que se ejercía desde las
tribunas que apenas comenzado el juego el equipo colombiano por medio de un
penal, dudoso, se puso en ventaja después que Wittingham lo cambiara por gol. Desde ese momento comenzó el calvario para el equipo argentino, que a pesar de
que el resultado global lo favorecía, tenía prácticamente 90 minutos para
aguantar la diferencia conseguida en casa.
Lanús fue
superado prácticamente en todo el juego, pero con corazón, valentía y humildad
se acercaba a algo que nadie creía posible. En ataque solo generó una de Ariel López y otra de
Claudio Enría al final para encontrar el empate, pero no se dio. El Granate se
aferró a sostener lo conseguido de local y las posibilidades de los colombianos
se desvanecían a medida que el partido se moría. Hasta que el brasilero Antònio Pereira marcó el centro del campo para dictaminar que por primera vez en la historia el equipo argentino era campeón, y de un torneo
internacional.
Cuando se le pregunta al “Ángel del arco” como lo denominaron en ese partido por su labor increíble cuál había sido el partido más difícil Carlos “Lechuga” Roa contestaba: “Sin lugar a dudas el más difícil fue la final, más allá que de local habíamos ganado 2 a 0, sabíamos que de visitante eran un equipo importante que no habían perdido, difícil y un estadio lleno, así que creo que de una manera fue el partido más importante sobre saliente y nos coronamos como justos campeones”. Y como una anécdota recuerdaque cuando salieron del estadio lo tuvieron que hacer amontonados en una tanqueta del ejército por la situación eufórica de los hinchas locales.
Otro que dejó su sello y expresaba que quedo en su corazón grabado a la vuelta cuando llego a Argentina fue Juan José Serrizuela, al ver toda la gente festejar el primer título para la institución que lo vio nacer.
Los que que quedaron en la historia grande son: Roa; Loza, Falaschi, Siviero, González; Fernandez, Cravero, Hugo Morales; Ibagaza, Lopez y Belloso. También acompañaron en el banco de suplentes Romoli; Serrizuela, Enria, Lacosegliaz, Coyete, bajo la conducción técnica de Héctor Raúl Cúper.
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