Por Luciano Villalba
Este
domingo se jugó el encuentro entre Leeds United, el equipo de Marcelo Bielsa,
contra el Aston Villa. El partido terminó 1-1 y el equipo del “Loco” no
ascenderá de manera directa. Pero la curiosidad no pasa por ahí. Cerca de los
25 minutos del segundo tiempo, un jugador del Aston Villa se tiró al piso por
una aparente lesión. Seguido a esto, los jugadores de Leeds continuaron la
jugada hasta convertir un gol. Los jugadores contrarios, desesperados, fueron a
apurar a Klich, autor del gol, y a todos sus compañeros. El campo de juego era
un caos y había mucho enojo de los visitantes por el “anti fair play”. ¿Qué
hizo Bielsa? Les dijo a sus jugadores que se dejaran hacer un gol. El encuentro
terminó igualado y posteriormente declaró que “le devolvió el gol”.
Este
particular hecho fue muy alevoso en Argentina, donde se discute fuertemente si
lo que hizo está bien o mal, si es ético o no, si es héroe o villano. ¿Qué
harían ustedes en esa situación?
La
única persona con la autoridad necesaria para detener el partido, es el
árbitro. Por ende, ni jugadores ni técnicos ni nada posee el poder como para
poder parar el evento. Es una mala costumbre de los jugadores o a veces
técnicos, en hacer parar el juego cuando un compañero o rival está caído, por
fair play. Tampoco se podría tomar como algo inmoral o sin ética hacer un gol
con un jugador caído, ya que en ninguna parte del reglamento está dicho que no
se puede hacer.
De
todas maneras, el jugador caído luego se levantó y siguió jugando, no presentó
ninguna lesión grave. ¿Entonces donde está el fair play ahí? Como alguna vez
dijo Pedro Troglio, “mis jugadores tienen la orden de no devolver o tirar la
pelota si no es que el árbitro lo requiera”. Nunca mejor expresado. Los
jugadores o técnicos no deberían atribuirse funciones que no se les sean
adjudicadas. La autoridad máxima es el árbitro y sólo se para el juego cuando
él lo considere oportuno.
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