EL DIARIO INGLÉS QUE SE PUSO LA CAMISETA ARGENTINA


Por Mónica Cozzarín
(Periodismo General – Primer Año T.N.)


Buenos Aires Herald

Pocos fueron los diarios escritos en ingles que existieron en la República Argentina y menos aún con el protagonismo que tuvo en estas tierras el Buenos Aires Herald. Nació el 15 de septiembre de 1876 gracias a la labor del escocés William Cathcart, con un diseño humilde de apenas una sola hoja que tenía publicidad de un lado y del otro los movimientos marítimos. Originalmente estaba dirigido a la comunidad inmigrante de habla inglesa y pasó a ser uno de los pioneros de su tipo en América Latina, donde permaneció durante más de 140 años.
Los dueños fueron varios, el segundo propietario fue D. W. Lowe, un joven estadounidense que lo hizo diario y lo convirtió en una voz para ser tenida en cuenta, tanto que Julio Argentino Roca lo convocó para que integrara una comitiva en la Campaña del Desierto en calidad de corresponsal.
En 1968, el Evening Post Publishing Company de Carolina del Sur, adquirió acciones del Herald, y treinta años más tarde, la compañía norteamericana se convirtió finalmente en el único dueño. Ya el 15 de diciembre de 2007, el empresario argentino Sergio Szpolski compró el diario y lo integró a su multimedios. Fue el principio del fin. Más aquí en el tiempo lo vendió a la editora Amfin, cuyo dueño es Orlando Vignatti, importante empresario que posee acciones en otros diarios como Ámbito Financiero y El Ciudadano de Rosario. Posteriormente, en 2015 el Grupo Indalo –del tristemente célebre Cristóbal López- quien además es dueño de C23, C5N y Radio 10, adquirió el 60% de la editora, para en julio de 2017 anunciar el cierre definitivo del mítico diario. Algún tiempo antes se intentaron diversas alternativas (una fue hacerlo semanario) para lograr que el proyecto volviera a ser rentable, algo que los empresario no lograron.
En la editorial de su último ejemplar sostuvieron con tibieza “los diarios enfrentan recortes y operaciones de cirugía mayor mientras los lectores migran hacia los medios digitales, lo que deriva en caídas en la circulación y avisos publicitarios. Por otro lado, las audiencias -sobre todo los jóvenes- que leen y miran las noticias a través de sus smartphones o computadoras lo hacen, por lo general, en forma gratuita”.

El Buenos Aires Herald y las Madres de Plaza de Mayo

El Buenos Aires Herald ha sido un diario único, no sólo por ser el primero en habla inglesa en la Argentina, sino por hacerle frente a la realidad denunciando los hechos que se sucedían en nuestro país durante la dictadura militar.
Claro que tuvieron precaución y miedo, como todos los medios argentinos. Pero los periodistas del Herald -en especial su director, Robert Cox- siguieron adelante a pesar de tener que irse del país y dejar el diario en manos de James Neilson y una pequeña redacción de valientes.
Robert (Bob) Cox fue su director durante once duros años (1968-1979). En una entrevista contaría que el diario era “liberal, en el mejor sentido de la palabra”, y que acató el espíritu democrático y humanista para hacer periodismo basado en la defensa de los derechos humanos, algo muy difícil de lograr en esa época.
Las Madres de Plaza de Mayo solían acudir al diario para que las ayudaran a encontrar a sus hijos. Con el apoyo de distintas organizaciones, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Herald se animó a publicar las fotos y nombre en su tapa, lo que ayudó a varias personas a salvar sus vidas, con otros, en cambio, había que ser más prudentes y no exponerlos.
En 1979 Robert Cox fue expulsado al exilio con su familia, las Madres de Plaza de Mayo lo despidieron con una solicitada rescatando su labor periodística y humana.
El Director que le siguió fue James Neilson, nacido en Escocia en 1940 que llegó a estas tierras buscando a su madre argentina. Este destacado escritor, editorialista y periodista –hoy colaborados de la Revista Noticias- había entrado como editor y columnista de política, y fue director hasta 1986.
Andrew Graham Yooll, argentino, fue secretario de redacción. Empezó en el área de Cultura pero después, dadas las circunstancias, se interesó en la política tanto que terminó exiliado. Informaba secretamente a Amnesty Internacional sobre los hechos más cruentos que se desarrollaban por entonces en el país. Volvió recién a la Argentina en 1994 y fue nombrado editor en jefe y presidente del directorio del Buenos Aires Herald.
La estrecha relación del diario con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fue compilada por el joven periodista Uki Goñi, que trabajó en el diario en 1977, en su libro “El Infiltrado”, donde por ejemplo hace referencia a cómo el teniente de marina Alfredo Astiz se hacía pasar por hermano de un desaparecido para después secuestrar a un grupo de doce personas.
Las notas del Herald son aún hoy prueba judicial en varias causas de lesa humanidad.

Opinión

Cuando me tocó investigar el Buenos Aires Herald pensé “¿Justo a mí que no sé inglés?”. Pero buscando datos para este informe descubrí que había sido una afortunada, porque me permitió sumergirme en el interior del primer diario en la Argentina escrito en otro idioma, que tanto colaboró con las Madres de Plaza de Mayo durante los oscuros años de la dictadura. Tuvo un papel importantísimo basado en los atributos de un buen periodista a pesar de lo riesgos de perder la vida o, como le ocurrió a varios de sus integrantes, tener que irse del país.
Muchos medios argentinos estuvieron callados. Cuentan que ocultos en el idioma se animaron a hablar de ciertas irregularidades con el apoyo de importantes organizaciones internacionales.
Por eso, aunque duela conocer su abrupto final hace poco más de un año, el Herald siempre será recordado como un diario con coraje, que hizo historia.



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