Desgaste Laboral


Por Elena Gallardo



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Tanto se habla y se desdice del Desgaste Laboral que hasta se esgrime en los fueros políticos y empresariales, dos caras de la misma política. Pero lo cierto es que se volvió noticia en estos días. El gobernador bonaerense firmó el decreto por “agotamiento prematuro” con número 598, fechado el 30 de julio de 2015.


Pero: ¿de qué se trata?
Bajo los nombres:Ø Agotamiento prematuro
                             Ø  Desgaste laboral
                             Ø  Estrés laboral
                             Ø  del Trabajador quemado
                             Ø de la cabeza quemada
O como lo llaman los médicos: "Burnout", aunque el nombre completo es Síndrome de Burnout, desde la década del ’70. La lista es larga y variada, pero siempre ronda lo descriptivo. Surgió observando el comportamiento de policías de la década de los años ’60, específicamente se describe por primera vez en 1969. El término deviene del inglés, "burn-out": consumirse o agotarse
Este padecimiento afecta con mayor frecuencia a los trabajadores que se relacionan con la atención a terceros, esto hace inclusivo al personal que se desempeña en el ámbito de la salud, docentes, jornadas laborales o turnos demasiado largos -guardias de 24 horas-, personas que trabajan en atención al cliente o bien personas con trabajo precario por ser más vulnerables a ser motivo de baja laboral.
La manifestación cardinal del Burnout es el cambio de actitud, relacionado generalmente con "malos modales" hacia los demás o con un trato desagradable.
Los síntomas abarcan lo emocional, físico y mental. Existe una clasificación muy tediosa, en la que se tabula cuáles son las tareas con mayor padecimiento, el síntoma que con mayor frecuencia abarca esa terea, y por último el grado de la afección, esto es si es moderado, leve o severo. También se intenta registrar cuales países son los que con mayor frecuencia registran este síndrome (España, Argentina y Uruguay).
Sobre los síntomas, es de destacar lo ya mencionado: el principal, es el cambio de humor, indiferencia hacia clientes y con los compañeros de trabajo, desmotivación, agotamiento mental, falta de energía y menor rendimiento, deterioro cognitivo, dolores musculares y articulares. Afecciones que se denominan psicosomáticas: gastrointestinales, cardiovasculares, afecciones de la piel, alergias, cefaleas, mayor riesgo de obesidad, disminución de la lívido, y así una larga lista. Sin dudas es un gran estrés laboral, exacerbado. Los enfermos cursan con alteraciones en el sueño, mayor riesgo al alcoholismo o la droga donde se presentan con conductas riesgosas, y lo que se conoce como la “baja de las defensas”, esto nos lleva a un detrimento del sistema inmunológico, con la consecuencia de ser más propensos a sufrir enfermedades.

Sobre éstos hechos científicamente comprobados basaron el pedido del decreto, los trabajadores de la salud representados por la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP-CTA), y que culminó con la firma este último 30 de julio,  tanto del ministro de salud bonaerense Alejandro Collia como del gobernador, Daniel Scioli.

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