BELEN SUCCI: MEDALLA DE PLATA, MUJER DE ORO

Por Javier Felice 

Terminó el partido contra Países Bajos por la medalla dorada. Belén Succi se agarra la cabeza, llora sin consuelo sentada en ese arco, donde las de naranja festejaron los tres goles que le valieron el triunfo. Se acerca la réferi y trata de consolarla, pero también se contagia de la emoción de la arquera. Succi no para de llorar: acaba de perder la medalla dorada, acaba de ganar la medalla plateada, en el que fue, tal vez, su último partido con Las Leonas, tras quince años de representar al seleccionado argentino de hockey.

Es profesora nacional de Educación Física y enseña el deporte que ama, para cientos de niñas en la Municipalidad de San Isidro. “Cuando Salí de mi casa, le dije a mi hijo, que mamá se iba por 40 días, él se puso muy triste y no quería que me vaya, pero le dije que sí, mama traía una medalla para el país, iba ser una enseñanza de la pandemia, de perseverancia, de ayudarnos, de haber vivido segundo grado mientras mamá entrenaba”. Ese es el mensaje que da para las cámaras.

Nacida en Buenos Aires el 16 de octubre de 1985, se hizo leona a los 21 años, en un campeonato en Chile. Cuando era titular indiscutida en el 2012, cuatro meses antes de los juegos olímpicos de Londres, Succi supo que estaba embarazada. "Fue un trago difícil de pasar. Entiendo que todas queremos ser madres, pero esto se planea. Los deportistas se van cuidando para jugar los torneos más importantes", decía en ese momento Luciana Aymar, máxima leyenda de Las Leonas, al conocerse la noticia.

El Seleccionado regreso de Londres con la medalla plateada, Belén fue madre de Bautista y cuatro meses después del parto volvió a entrenarse con el equipo. En el 2014, la tarde que Aymar se despidió con gloria del Seleccionado, Belén atajío tres penales en la definición contra Australia, para que Las Leonas ganaran el Champions Trophy. Su frase "¡vamos, la c... de la lora", se produjo en ese partido y quedó en la memoria de todos.

La pandemia la obligó a entrenarse en su casa, donde se armó un gimnasio. Cuenta que se levantaba a las 6 de la mañana y trabajaba en silencio para que su hijo no se despertara. Goofy, así la apodan a Belén, no dejó de practicar ni un solo día.

Succi juega de arquera porque es “vaga”. Así dicen sus antiguas compañeras en el Club Atlético San Isidro. "Fui al arco para moverme menos", dijo en el 2019 en un reportaje para la TV Pública, pero esa “vaga” fue reconocida cuatro veces como la mejor arquera del Champions Trophy.

En la actualidad su equipo de arquera, esa armadura, que la protege de los bochazos, está guardado. ¿Serán estos juegos Tokio su última participación en Las Leonas?

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