INFORME: CÓMO ES SER DEPORTISTA AMATEUR EN PANDEMIA
Por Camila Molina
A pesar de haber traspasado la etapa de aislamiento obligatorio, los deportistas bonaerenses continúan con una incertidumbre marcada por la vuelta total de sus actividades. En las últimas semanas, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se han reincorporado varios deportes con estricto protocolo, pero no todos estos volvieron en su lugar habitual. Las nuevas aperturas solamente fueron a favor de una parte de los tantos deportes, dejando afuera incorrectamente a un gran porcentaje de atletas jóvenes de su entrenamiento requerido. A raíz de esta problemática, se han realizado protestas y se inició una búsqueda de nuevos espacios con el objetivo de integrarse nuevamente a la sociedad.
Con el avance crítico que otorgó la cuarentena y los
crecientes casos de COVID-19, se esperaba un gran atraso a la nueva normalidad
deportiva. Pero nada impidió que los clubes de Buenos Aires planificaran un
protocolo para así presionar a las autoridades y que se logre un avance.
Mientras que en las ligas profesionales ya todos han comenzado sus
entrenamientos y competencias, sólo un
28% de deportistas amateurs volvió normalmente a sus actividades. El 30% sigue
totalmente frenado, lo que muestra claramente un nivel de injusticia, ya que el
privilegio se lo llevaron los “grandes” deportes como es el fútbol, el tenis o
el básquet. No solo eso, este porcentaje incluye actividades grupales en las
cuales el contacto físico lo predomina, lo que causa demasiada controversia ya
que varios deportes individuales siguen realizándose por medio de la plataforma
“Zoom”.
Entre idas y vueltas por las decisiones tomadas y la
extensa espera de una autorización, un 26% de las personas afectadas decidieron
salir a las calles de la ciudad. Los parques y plazas se llenaron de gente las
últimas semanas a causa de estas actividades. Esta convocatoria podría elevar
los números de contagios, si es que no se respetan los protocolos necesarios, y
aún más por la gran concentración de personas en un mismo lugar.
En definitiva, la actividad deportiva sigue en una
etapa de proceso confusa y muy poco objetiva, ya que aún no se considera la
vuelta de los deportes restantes. Esto imposibilita y retrasa el estado físico
de los que quieren seguir progresando. Lo ideal sería que todos vuelvan a la
normalidad, o al menos permitir su realización en otro lugar que cumpla con las
normas de protocolo. Una igualdad justa y una descontracción de las personas
son las soluciones correctas para establecer una tranquilidad. La sociedad requiere dispersarse para no tener
que afrontar terribles consecuencias, como lo que sucedió con la salida de los
primeros runners hace unos meses atrás. Los deportistas amateurs tienen que
proseguir con su vida normal.
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